Sábado, 04.06.11

Aos que doaram o melhor de suas vidas

Militar, callar, matar

 

Yoani Sánchez

 

 

 

Apenas pude dormir la madrugada pasada. Un libro me dejó dando vueltas en la cama, mirando el techo cuadriculado de mi habitación.

 

El hombre que amaba los perros”, la novela de Leonardo Padura, estremece por su sinceridad, por el ácido corrosivo que lanza sobre la evasiva utopía que quisieron imponernos. No hay quien conserve la calma después de leer los horrores de aquella Unión Soviética que nos hicieron venerar cuando niños. Las intrigas, las purgas, los asesinatos, el exilio forzado, aunque se lean en tercera persona le quitan el sueño a cualquiera.

 

Y si, encima de eso, uno vio a sus padres creer que el Kremlin era el guía del proletariado mundial y supo que el presidente de su país tenía – hasta hace poco – una foto de Stalin en su propio despacho, entonces el insomnio se torna más persistente.

 

De todos los libros publicados en esta Isla, me atrevo a decir que ninguno, cómo éste, ha sido tan devastador con los pilares del sistema. Quizás por eso, en la feria del libro de La Habana sólo se distribuyeron 300 ejemplares, de los cuales apenas 100 llegaron a manos del público. Es difícil – a estas alturas – censurar una obra que ya ha visto la luz en una editorial extranjera y cuyo autor sigue viviendo en su Mantilla de carretera polvorienta. Por la visibilidad que alcanzó fuera de la Isla y porque resulta casi imposible seguir restando nombres a la cultura nacional sin que esta se quede despoblada, fue que los lectores tuvimos la suerte de asomarnos a sus páginas.

 

El asesino de Troski se nos revela en ellas como un hombre atrapado por la obediencia del militante, que cree todo lo que dicen sus superiores. Una historia que nos toca muy de cerca y no sólo porque nuestro país sirvió de refugio a Ramón Mercader en sus últimos años de vida.

 

Padura pone en boca del narrador que la suya fue la generación “de los crédulos, la de los que románticamente aceptaron y justificaron todo con la vista puesta en el futuro”. A la nuestra, sin embargo, le tocó amamantarse de la frustración de sus padres, mirar lo poco que habían alcanzado quienes una vez fueron a alfabetizar, entregaron sus mejores años, proyectaron para sus hijos una sociedad con oportunidades para todos.

 

No hay quien salga indemne de eso, no hay quimera social que se sostenga ante tan obstinada realidad. La larga madrugada dando vueltas en la cama me dio tiempo para pensar no sólo en la basura escondida debajo de la alfombra de una doctrina, sino también en cuántos de esos métodos se aplican todavía sobre nosotros y cuán profundamente el estalinismo se instaló en nuestras vidas.

 

 

Hay libros – se los advierto – que nos abren tanto los ojos que ya no podremos volver a dormir en paz.

 

Yoani Sánchez - Publicado no blog Generación Y

publicado por ardotempo às 03:00 | Comentar | Adicionar
Sexta-feira, 03.06.11

Cloaca, a redundância dos curadores

 

Cloaca

 

 

A máquina Cloaca, nem mais bela nem mais feia do que milhares de máquinas espalhadas em plantas de produção industrial pelo mundo, é considerada uma "instalação de arte", de tecnologia biológica, inventada por Win Delvoye, colocada dentro de um museu de arte contemporânea e que produz merda genuína de maneira sistemática. O seu produto é tratado como múltiplo de “obra de arte” sendo empacotado, numerado e assinado pelo seu criador.

 

Uma curiosidade engenhosa, certamente, porém não a acredito como obra de arte – nem a instalação e tampouco sua produção como algo que seja surpreendente, magnífico ou encantador, que mereça ser colecionado ou exposto em outros museus.

 

Não basta estar colocada em ambiente considerado um espaço da arte para ser transformada automaticamente em obra de arte. Isso encontra justificativa forçada apenas na cabeça de certos curadores de museus contemporâneos que fazem malabarismos intelectuais para provar que alguma coisa é arte (quando não é) e para recusar maliciosamente obras-primas de notáveis artistas sobre os quais as pessoas não têm a mais remota dúvida sobre a qualidade e valor artístico do que foram capazes de criar, apenas para tentar posar de carrascos de uma Arte mais profunda e construtiva (esta bem mais difícil de ser realizada pela exigência de talento real e capacidade de elaboração das ideias).

 

Esses curadores são figuras deletérias e recalcadas, que pretendem negar a existência de grandes artistas apenas para se notabilizar mediaticamente pelo escândalo e pelo choque, que a sua iconoclastia artificial seria capaz de causar, sem ater-se que a função de um curador é dizer não - dizer não ao seu Conselho Consultivo quando este estiver equivocado e dizer não quando alguma ação negativa possa causar dano ao conjunto de seu acervo. Recusar obras fundamentais é causar prejuízo irreparável a qualquer acervo de museu significativo e privar o público ao acesso a essas obras, se recusadas.

 

Dizer não à doação de obras-primas originais de um artista paradigmático e, portanto, obras incomparáveis entre si, é negar a existência do artista e de tudo o que ele tenha realizado ao longo de sua carreira. É tentar anedoticamente transformar a História da Arte (como Hitler tentou fazer com seu Museu de Linz, recusando e destruindo obras de artistas)... É como tentar dizer que Picasso, Miró, Morandi, Vieira da Silva, Matisse, Bacon, Marie Laurencin, Serge Poliakof, Van Gogh, Karel Appel não tenham existido, o que, no mínimo, só pode ser considerado uma insensatez e uma patologia.

 

No entanto, esses curadores que se fazem difusores de ideias indefensáveis, autoritárias e chocantes, de uma certa forma colocam-se como espécies de redundâncias ao estranho deslocamento produzido pela máquina Cloaca num inesperado espaço artístico que eles, curadores e máquina, ocupam indevidamente como se fossem traiçoeiros cavalos ocos de madeira: as ideias e as ações derrisórias que são capazes de produzir têm a mesma consistência, conteúdo, odor e valor que o produto que sai das entranhas do artefato mecânico industrial.

 

Alfredo Aquino

tags:
publicado por ardotempo às 03:41 | Comentar | Adicionar

A piscina do enforcado

Piscina do Palácio Uday

 

 

Richard Mosse - A piscina do Palácio Uday (Fuzileiros navais norte-americanos junto aos detritos da piscina de um dos 81 palácios de Saddam Hussein no Iraque) - Fotografia (Iraque) 2009

publicado por ardotempo às 02:04 | Comentar | Adicionar
Quinta-feira, 02.06.11

Recital AVE, FLOR

 

Recital AVE, FLOR - Circuito SESC RS 

 

 

 

Composições de autoria de Fernando Lewis de Mattos,

com as sopranos Luciana Kiefer e Clarice Bourscheid ;

e a participação do Quarteto de Cordas da Orquestra da UNISINOS

 

publicado por ardotempo às 19:48 | Comentar | Adicionar

Ave, Flor no SESC

 

Bravo!!! Cleonice Bourscheid e Anelise Scherer

 

 

 

 

Exposição de imagens ampliadas de aquarelas botânicas de Anelise Scherer, de poemas de Cleonice Bourscheid e o Recital Ave Flor no Circuito SESC

publicado por ardotempo às 02:59 | Comentar | Adicionar
Quarta-feira, 01.06.11

Ano da Poesia

Leonard Cohen, Príncipe de Asturias de las Letras

 

La poesía cantada, esas novelas de seis minutos y pico, la prosa mecida por inconfundibles melodías folk le han valido al músico Leonard Cohen (Montreal, 1934) el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

 


 

Por sus canciones de marcado carácter literario, sí, pero también por su obra no cantada, libros como Flores para Hitler, Los hermosos vencidos, Comparemos mitologías, o la novela El juego favorito.

 

Con esta decisión, el jurado de los galardones hace realidad una vieja amenaza de la Academia Sueca: conceder su máxima distinción literaria a un simple cantante de rock. A lo mejor el Nobel nunca acaba por recaer en Bob Dylan, pero sí ha merecido un Príncipe de Asturias el cantautor canadiense cuyas letras (Suzanne, Last year's man, So long Marianne, Joan of Arc. Famous Blue Raincoat o I'm your man) son leídas con la reverencia debida a las grandes obras de la literatura por generaciones de oyentes.

 

El jurado ha destacado el "imaginario sentimental" creado por Leonard Cohen en el que "la poesía y la música se funden en un valor inalterable". Posiblemente ahora cobre todo su sentido el hecho de que la carrera de Cohen, fenomenal recitador de voz grave y ascendencia lituana, comenzase en los cenáculos literarios en aquellos años 60 en los que la generación que revisó las tradiciones del folk introdujo la sensibilidad poética de autores estadounidenses como Walt Whitman o Henry David Thoreau.

 

 

Su novela de debú, El juego favorito, tomó la forma de un libro de aprendizaje. Después vendría el fichaje por Columbia Records, auspiciado por John Hammond. Y su estreno discográfico, Songs of Leonard Cohen, acaso uno de los mejores álbumes de la historia del rock. Se abría con Suzanne, una letra dedicada platónicamente auna bailarina canadiense que ya daba idea de unas inquietudes poéticas nada común en la industria de la música: "Y cuando tratas de decirle / que careces de amor para ofrecer / te coge y te mece entre sus brazos / dejando que el río conteste / que siempre fuiste su amante".

 

La pulsión estilística de Cohen nunca desapareció desde entonces, en discos como Songs from a Room (1969), Songs of Love and Hate (1971), Death of a Ladies' Man (1977, con producción de Phil Spector), I'm Your Man (1988) o su último álbum de estudio Dear Heather (2004).

 

Cohen visitó España por última vez en 2010 en una gira enmarcada en un tour monumental, espoleado por la pertinaz ruina en la que se quedó tras el último divorcio. El tour le llevó por todo el mundo desde 2009 (en realidad, eran dos giras enlazadas). Una prueba de lo que se pudo ver en aquellos conciertos está contenida en Live in London (2009). Cohen firmó un brillante capítulo en su relación con España cuando colaboró con sus composiciones para un disco de Enrique Morente, Omega (1996).

 

 

El Festival Internacional de Benicàssim fue testigo del reencuentro entre ambas leyendas de la música. El galardón, que el año pasado recayó en el escritor libanés Amin Maalouf, reconoce a las personas cuya labor creadora o de investigación represente una contribución relevante a la cultura universal en los campos de la literatura o de la lingüística. De los ocho galardones que convoca la Fundación Príncipe de Asturias, el de las Letras ha sido el quinto en fallarse en la presente edición.

 

La entrega de los premios será en otoño en el teatro ovetense Campoamor, presidida por Don Felipe de Borbón. Cada premio está dotado con 50.000 euros y la escultura creada expresamente por Joan Miró. -

 

Publicado em El País

 

 

 

publicado por ardotempo às 13:36 | Comentar | Adicionar

Editor: ardotempo / AA

Pesquisar

 

Junho 2011

D
S
T
Q
Q
S
S
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
16
19
22
26
27
29
30

Posts recentes

Arquivos

tags

Links