Sábado, 31.10.09

Uma história triste

Las amantes del pintor Modigliani
 
Manuel Vicent
 
La pintora Beppo, una inglesa alta y desgarbada, que a principios del siglo pasado, con 18 años, se fugó de casa y dispuesta a cambiar el té con pastas por el calvados cayó en el París de entreguerras en medio de la bohemia de Montparnasse, me contó que había sido amiga de Modigliani. Un día el artista le pidió que posara de modelo para una escultura. Quería tallarla en madera y para eso robó una traviesa de la vía del metro de la estación de Barbès-Rochechouart. Beppo le ayudó a saltar la verja. Este robo se repetía a menudo. Por eso durante una época las esculturas de madera de Modigliani todas medían un metro y eran tan estilizadas. Aquella escultura ha desaparecido. Puede que la usaran como leña para calentar el cubículo de la plaza de Ravignan, en los altos de Montmartre, donde vivía el artista.
 
La pintora Beppo llegó a España en los años cincuenta casada con el príncipe tunecino Abdul Wahab, al que abandonó por un guitarrista gitano. En una taberna de Madrid, oyendo cantar a Pepe de la Matrona, me contó también que en medio de una pobreza absoluta iba una tarde en compañía de Modigliani por el bulevar de Montparnasse y se encontraron con unos bloques de piedra al pie de un edificio en construcción. El artista se sintió de repente inspirado y comenzó a trabajar como un poseso durante tres noches de un fin de semana en plena calle con uno de aquellos bloques hasta terminar una escultura, que representaba la cabeza cubista, pero el lunes por la mañana los obreros no atendieron sus súplicas y arrojaron la escultura de Modigliani en los cimientos.
 
Por ese tiempo Modigliani tenía también de modelo y amante a la poetisa inglesa Beatrice Hastings, una chica excéntrica y seductora, que lucía sombreros cada vez más imposibles. Entre los perifollos del vestido a veces solía llevar enhebrado bajo el brazo un cesto con un pato vivo dentro. Fue ella la que inició a Modigliani en el hachís y en las experiencias sensoriales fuera de toda medida, pero él no le iba a la zaga. Picasso decía que Modigliani siempre se las apañaba para coger las cogorzas más clamorosas en el cruce de Montparnasse con el bulevar de Raspail, entre la Coupole, La Rotonde y el Dôme para exhibir su desdicha ante el mundo. Aunque algunas veces también lo sacaron borracho dentro de un cubo de basura en un barrio de extrarradio.
 
Amedeo Modigliani era judío, nacido en Livorno el 12 de julio de 1884. Recién llegado a París con 21 años, tímido, bien vestido, con un dinero en el bolsillo que le había dado su madre, fue capeando la vida con cartas de recomendación hasta que cayó en Montmartre, cerca del Bateau Lavoir donde reinaba el Picasso de la época azul y su cuadrilla de poetas y pintores alucinados. Allí Max Jacob inició al guapo italiano, todavía sano, puro y agreste, en el laberinto de la cábala. En ese tiempo llegaban a París las primeras máscaras negras que traían los colonialistas desde Malí y Gabón. Max Jacob hizo ver a aquellos artistas del Bateau Lavoir, muertos de hambre, pero con la cabeza llena de sueños, la cara oculta que esos ídolos exhibían a través de su misteriosa geometría. El esoterismo y la astrología mezcladas con la poesía, la pintura y la burla formaron un juego fascinante en el que este poeta judío introdujo a Picasso y a partir de Picasso a toda a aquella recua de bohemios que estaban dispuestos a romper todos los esquemas del arte.
 
Al principio Modigliani se presentó en sociedad como escultor y sólo porque la madera, el mármol o el granito eran muy caros se pasó a la pintura. En uno de los cafés de Montmartre dibujaba con un anuncio en los pies. "Soy Modigliani, judío, cinco francos". Por un dibujo no admitía el dinero que excediera a esta cantidad. Después fue subiendo el precio. Pintaba retratos por diez francos y un poco de alcohol.
 
Modigliani ha pasado a la historia tanto por sus pinturas de mujeres de cuello rosa e infinito como por las amantes, que fueron tantas como sus borracheras. Sólo una de aquellas mujeres le acompañó hasta el final de su vida. Se llamaba Jeanne Hébuterne, una muchacha lánguida, pelirroja, sensible e inteligente, también pintora, que conoció al artista en el carnaval de 1917, disfrazada con una capa rusa, cuando tenía 19 años. Era hija del cajero de una perfumería, un hombre culto que le leía a Pascal en voz alta mientras la madre pelaba patatas. Jeanne se enamoró perdidamente de aquel pintor bohemio, que ya llevaba una tuberculosis a cuestas y estaba muy metido en las drogas y en el alcohol. Se fue a vivir con este guapo maldito en la Rue de la Grande Chaumière y muy pronto quedó embarazada.
 
A medida que Modigliani caminaba hacia la destrucción su genio se hacía más patente. Sus pinturas habían comenzado a cotizarse. Uno de los marchantes que se equivocó fue Ambroise Vollard. Un día pasó por una galería de la Rue Boétie y vio en el escaparate un desnudo Modigliani de gran tamaño. "Qué voluptuoso tono de piel", pensó. "Hace cuatro años por unos de estos cuadros pedían 300 francos. Imagino que ahora pedirán 3.000". Preguntó por el precio. "Vale 350.000 francos", le dijo el galerista. Por supuesto Modigliani ya había muerto.
 
Pero mientras vivió este italiano seductor fue sobre todo amado por mujeres y protegido por sus amigos. Cuando la familia de Jeanne y sus primeros, únicos y fieles coleccionistas de sus cuadros, Paul Guillaume y Zboroswski, supieron que su amante estaba embarazada, tratando de rescatar al artista de aquel circuito diabólico de Montparnasse, llevaron a la pareja a la soleada Niza, donde nació la hija. Modigliani no aguantó por mucho tiempo aquella calma.
 
Volvió a París y dejó a su pareja en el sur con la promesa de casarse con ella cuando le llegaran unos papeles de Italia. Jeanne estaba de nuevo embarazada. Una vez más en el circuito de los cafés de Montparnasse el genio de Modigliani y su destrucción comenzaron a potenciarse mutuamente.
 
Un día de invierno, el pintor Kipling sorprendió en el estudio de la Rue la Grande Chaumière a Modigliani en plena agonía rodeado de botellas de vino vacías y latas de sardinas. Al pie de la cama Jeanne, embarazada de nueve meses, le estaba pintando mientras él le decía: "Sígueme en la muerte y en el cielo seré tu modelo favorito". Lo llevaron al hospital donde murió a las 10.45 de la noche del 24 de enero de 1920. Jeanne no besó el cadáver. Le miró largamente y retrocedió sin volverle la espalda. Esa noche no quiso dormir en el estudio con su hija. Se instaló en el hotel la Louisiane, de la Rue de Seine, donde intentó suicidarse. Sus padres la rescataron y se la llevaron a casa. En la habitación del hotel había dejado un puñal debajo de la almohada. El entierro de Modigliani fue un acontecimiento en Montparnasse. Todos los pintores, músicos, poetas, actores, antiguas amantes, acompañaron al artista al cementerio de Père-Lechaise y mientras el entierro más fascinante de aquel tiempo sucedía, Jeanne se tiró por la ventana de un quinto piso de sus padres a un patio llevando en el vientre un hijo de Modigliani. El cadáver lo recogió un obrero. Lo subió a casa. Sus padres le cerraron la puerta. En una carreta el obrero lo trasladó al estudio de la Grande Chaumière y fue también rechazado por el portero. El desconocido samaritano lo llevó a una comisaría. Jeanne fue enterrada en clandestinidad y el duelo lo componían unos amigos, que siguieron el féretro en un taxi bajo una lluvia desolada de invierno.
 

 

Manuel Vicent - Publicado em El País

Imagem: Auto-retrato de Amedeo Modigliani - Óleo sobre tela - MAC Museu de Arte Contemporânea de São Paulo (São Paulo SP Brasil)

tags: ,
publicado por ardotempo às 00:54 | Comentar | Adicionar
Sexta-feira, 30.10.09

Mãos de Zilah

Fotografia

 

 


Gilberto Perin - Mãos de Zilah Machado, cantora, 81 anos - Fotografia (Porto Alegre RS Brasil), 2009 

publicado por ardotempo às 11:40 | Comentar | Adicionar
Quinta-feira, 29.10.09

Bom dia, senhor

Fotografia

 

 

 

Mário Castello - Bom dia, senhor - Fotografia (São Paulo SP Brasil), 1985

publicado por ardotempo às 01:41 | Comentar | Adicionar
Quarta-feira, 28.10.09

Quem escolhe? Quem decide? Quem aceita?

A capital das monstruosidades
 
Voltaire Schilling
 
Desde que Marcel Duchamp, um ex-artista cubista, francês de nascimento que escolheu os Estados Unidos como residência, mandou um urinol para ser exposto numa galeria de Nova York e, quase em seguida, em 1915, montou uma roda de bicicleta equilibrada sobre um pequeno banco e a fez passar por obra de arte, abriu-se a Caixa de Pandora dos horrores estéticos que a partir de então invadiram o cenário das exposições de arte.
 
Para acentuar ainda mais o seu deboche para com o que até então se entendia como arte, Duchamp, um pândego, um moleque crescido, pintou um belo bigode numa imagem da Mona Lisa de Leonardo da Vinci, ícone da pintura ocidental. Como ele não foi confinado num manicômio nem encarcerado por ofensas ao patrimônio estético (interessante observar que nunca o Direito Penal preocupou-se em classificar como crime hediondo quem de propósito fabricasse a feiura!), parte da vanguarda artística ocidental tomou-o como um profeta dos novos tempos. Estabeleceu-se então um deus nos acuda.
 
Todavia, o que particularmente nos chama a atenção como cidadãos desta nossa capital, que mais uma vez se vê intimidada pelo flagelo de uma nova “instalação”, é a notável concentração de “esculturas” e “monumentos” absolutamente espantosos. Um pior do que o outro.
 
 
Nosso calvário começa por aquela mandada erguer pelos burgueses do bairro Moinhos de Vento para celebrar sua vitória em 1964 que se encontra no Parcão (homenagem ao marechal Castello Branco, mas que também pode referir-se ao desembarque de um extraterrestre), chegando ao hediondo “timão” situado na rótula que antecede o museu Iberê Camargo.
 
Aliás, o primeiro “timão”, que parecia ter esterco como matéria original da sua composição, foi destruído pelos vileiros do Morro Santa Tereza, certamente indignados em terem-no nas vizinhanças (sofriam de uma injusta punição, além da pobreza tinham que encarar diariamente o exemplo da medonhice).
 
Este colar sem fim de mau gosto que nos assola ainda é composto pelo “cuiódromo”, encravado na rótula da Praça da Harmonia (obra que por igual pode ser entendida como a exaltação de um superúbere de uma vaca premiada), e por um tarugo de ferro enferrujado que adentra o Rio Guaíba nas proximidades da Usina do Gasômetro e que se intitula, pasmem, Olhos Atentos.
 
Nem os que foram perseguidos pelo regime militar escaparam destas maldades estéticas. O “monumento” que os lembra, erigido no Parque Marinha do Brasil, nos faz supor que eles continuarão atormentados ainda por muito tempo mais.
 
A gota d’água derradeira destas perversidades que acometem contra nós, pobres porto-alegrenses, foi a inauguração recente da Casa Monstro, situada na Rua dos Andradas. Pelo menos o autor, um jovem paulista, enfim alguém sincero no ramo, não a escondeu atrás de um título esotérico ou poético: é monstruosa, sim!
 
Trata-se da reprodução de um tumor que, inchado, é expelido pelas aberturas da construção e vem se mostrar aos olhos dos passantes, tal como se fora um abdômen de um canceroso recém aberto pelo bisturi de um cirurgião. Como se vê, uma maravilha!
 
Minha interrogação, depois de passar rapidamente os olhos sobre este vale de horrores que nos circunda, é por que Porto Alegre, cidade aprazível, moderna, povoada por gente simpática, habitada pelas mulheres mais belas do país e que abrigou artistas como Vasco Prado, Xico Stockinger e Danúbio Gonçalves, termina por excitar o pior lado de muitos que por aqui vêm expor?
 
Dizem-me que eles deixam estas abominações como doação (por não encontrarem compradores e não quererem arcar com o translado) e a infeliz prefeitura, constrangida, não tem como lhes dizer não.
 
Faço desde já um apelo ao secretário municipal da Cultura, Sergius Gonzaga, se este ano tal ameaça se repetir, mobilize-se. Levante recursos, promova uma ação entre os amigos da cidade para despachar tais coisas para qualquer outro lugar. Senão, peça socorro à ONU. Porto Alegre, aliviada, lhe será eternamente agradecida.
 
Voltaire Schilling - Publicado em Zero Hora
tags:
publicado por ardotempo às 10:51 | Comentar | Adicionar

Empregos no Brasil

A história na laxa de lixo
 
Moacyr Scliar
 
O concurso público para a seleção de garis para a cidade do Rio atraiu 45 candidatos com doutorado, 22 com mestrado e 1.026 com nível superior completo, segundo a Comlurb (Companhia Municipal de Limpeza Urbana).
Folha de São Paulo - Cotidiano, 22 de outubro de 2009
 
História foi uma coisa que o atraiu desde criança. O pai, descendente de uma família antiga, tradicional (e arruinada), guardava uma infinidade de cartas, de documentos, de gravuras, de fotos, coisas que praticamente davam testemunho da trajetória do Brasil e que ele mostrava ao filho com melancólico orgulho: “Este aqui é o meu tataravô conversando com o Imperador… Esta aqui é minha bisavó num jantar no Palácio do Catete…” Muito cedo, ele estava lendo sobre o tema; e, na hora do vestibular, não hesitou: fez história. A mãe, mulher prática e sofrida, ainda lhe advertiu: “Meu filho, história é muito bonito, mas não sustenta ninguém”. 
 
Ele, contudo, não estava interessado em sustento; interessavam-lhe os enigmas do passado, e era isso que queria estudar. 
 
Foi um aluno brilhante, e, por sugestão dos professores, fez mestrado e depois doutorado no exterior, e ainda um pós-doutorado. Os anos foram passando, anos de estudo e de pesquisa; os cabelos começaram a ficar grisalhos e ele simplesmente não conseguia arranjar um emprego decente, um emprego que lhe garantisse um salário razoável. Tinha uma namorada que amava e bem que gostaria de casar e constituir família, mas onde poderia arranjar os recursos para isso? 
 
Foi então que leu no jornal a notícia do concurso público para garis. O que lhe chamou a atenção foi o salário, muito maior do que aqueles que já lhe tinham sido ofertados. Depois de uma noite de insônia, decidiu: inscreveu-se na prova. No dia marcado, lá estava ele. Encontrou muitos conhecidos, entre eles dois colegas do mestrado e um do doutorado. 
 
Para quem, como ele, tinha uma vasta cultura, a prova não era difícil. Foi aprovado e apresentou-se para trabalhar. O chefe do setor ficou constrangido; perguntou se não seria melhor encaminhá-lo para um serviço burocrático. Sua resposta foi categórica: tinha se inscrito em um concurso para gari e como gari trabalharia.
 
Era um trabalho pesado, como logo descobriu. Horas percorrendo as ruas, recolhendo sacos de lixo e jogando-os no caminhão. Para quem, como ele, tivera uma vida absolutamente sedentária, aquilo era um desafio. Que acabou resultando num acontecimento inesperado. 
Uma noite, ao recolher o lixo de um prédio, encontrou um grande e pesado saco plástico. Obviamente, continha livros, e ele, intrigado, abriu-o.
 
Eram livros, sim. Livros de história, alguns clássicos, alguns muito raros. Por alguns instantes, hesitou: afinal, e por um motivo que não estava claro (desilusão?), alguém tinha rotulado aquelas obras como lixo, e, portanto, ele deveria jogá-las no caminhão. 
 
Mas optou por guardar os livros. Livros são história. E ele continua acreditando na história, que nos dá lições inclusive através do lixo. Quem sabe um dia, inspirado por essa constatação, escreverá uma obra monumental sobre o lixo na história do mundo?
 
Moacyr Scliar - escritor / Publicado em Verdes Trigos   
tags:
publicado por ardotempo às 10:22 | Comentar | Adicionar
Terça-feira, 27.10.09

Os limites do impossível - Aldyr Garcia Schlee

Os contos gardelianos

 

Pré-lançamento: 55ª Feira do Livro de Porto Alegre

Dia 10 de novembro - 19h30 / Praça de autógrafos (terça-feira)

Praça da Alfândega s/nº - Centro - Porto Alegre RS

 

Apresentação: Palavraria

Dia 19 de dezembro - 19h (sábado)

Rua Vasco da Gama, nº 165 - Bom Fim - Porto Alegre RS

(51) 32 68 42 60 

 

Apresentação: Instituto Simões Lopes Neto

Dia 05 de dezembro - 21h / Noite Branca (sábado)

Rua D. Pedro II, nº 810  - Pelotas RS

(53) 30 27 18 65

 

 

 

Un compatriota nada disimulado” 

 
No dia 11 de outubro de 1991, por ocasião do lançamento em Montevidéu do livro de Aldyr Garcia Schlee, El dia em que el Papa fue a Melo, o poeta maior do Uruguai, Washington Benavides – nascido em Tacuarembó (como Carlos Gardel) – apresentou o escritor de Jaguarão–Yaguarón como “Un compatriota nada disimulado”, dizendo entre outras coisas o seguinte:
 
No tendríamos que agregar accidente alguno para saber a qué atenernos con este fronterizo doblemente fronterizo. Porque Aldyr es el bizantinismo mayor; mayor que aquello de

¿dónde comienza el mar, dónde la playa?
¿cuándo comienzas a salir del bosque?
¿ésta hora es la hora pasada o la presente o la futura?
¿Aldyr es fronterizo con Brasil?
¿Aldyr es fronterizo con Uruguay?

Eh, Aldyr: ¿y qué importa –nos dirás– la línea divisoria? Lo único que importa en esta vida es encontrar un sitio mágico (el Aleph), donde ocurrieron, ocurren y ocurrirán siempre “pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates” posibles y imposibles.

Eh, Aldyr: cuénteme un cuento. Pero que sea lindo y feo “como la vida”.
 
Washington  Benavides
                    
 
Aldyr Garcia Schlee
 
Desenhista e jornalista premiado nacionalmente. Professor universitário nas áreas de ciências  humanas e literatura. Ensaísta, tradutor e ficcionista. Autor de seis livros de contos – Contos de sempre, Linha divisória, Uma terra só, O dia em que o Papa foi a Melo, Contos de Futebol e Contos de verdades – além de Os limites do impossível. Vencedor duas vezes da Bienal de Literatura Brasileira (1982, 1984) e três vezes do Prêmio Açorianos de Literatura (1997, 1998 e 2001).
 
Os limites do impossível - Contos gardelianos
© Aldyr Garcia Schlee
Livro de contos - 204 páginas - 2009
Edições ARdoTEmpo
 
Imagem: Antonio Segui - " Te fuiste sin que nos diéramos cuenta" - Pintura - Carvão, lápis e pastel, sobre tela (Montevidéu, Uruguay), 1977
 
 

 

publicado por ardotempo às 00:04 | Comentar | Adicionar
Domingo, 25.10.09

Poema (Mariana Ianelli / Inédito)

Vibrações
 
  
O prazer que te dão as chuvas
Porque derrubam sem chance de luta
As árvores centenárias, os muros, 
Um templo com sua esfarrapada figura,
Um pouco é sonho, um pouco insulto
Da tua resistência ao rés do absurdo
Viver quarenta noites no dilúvio
Atado a uma cama, o corpo no escuro
Ao abrigo de uma mente lúcida.
 
O que ainda vibra nesse homem
Se ele nada mais quer, nada pode,
- Demasiada realidade exposta -
Como aceitar que no sono suporte
O lodo se intrometendo pelas bordas,
Perguntam por dentro os que estão à tua volta
E não veem a enguia se movendo,
Se esquivando, ludibriando o tempo, 

Quinze côvados abaixo das tuas pálpebras.

 

 

 

 

 

 

© Mariana Ianelli - Iluminuras, 2009

Imagem: Páteo dos Leões - Alhambra, Granada  (Espanha)

publicado por ardotempo às 13:14 | Comentar | Adicionar

Aqui e ali, em todo lugar

Falemos de Deus
 
Contra as ressonâncias bíblicas que se ouvem por aí a propósito do livro de Saramago, outra forma de abordar «o teorema perfeito e terrível» de Deus.
 
Raramente falamos de Deus. E quando a ele nos referimos preferimos a metáfora, como se tudo o resto se descolasse do seu nome. E ainda menos falamos dessa questão «menor» de acreditar ou não acreditar em Deus, preferindo cruzar os braços contra a crença profunda em que nascemos. A verdade é que herdámos Deus mesmo antes de termos conhecido «as suas casas profundas». Na infância, Deus é, como escreveu Soares dos Passos, «aquele que povoa a imensidade». Depois, à medida que nos vamos adentrando no mundo, verificamos que caminhamos mais sós do que desejávamos. Por isso transformamos as perguntas nas respostas que procuramos, enquanto aguardamos pelo teorema da existência de Deus. E deixamo-nos arrastar pelo medo que cobre um mundo onde se apagaram as imagens que o paraíso já não devolve depois da «morte do criador» anunciada por Nietzsche. E desde aí, vivemos no medo de termos ficado órfãos para sempre, como se escrevêssemos um novo e desesperado Livro de Job.
 
 
Há quem explique esta angústia como um «erro genético» que a todos afecta. Porque todos, crentes e agnósticos, estamos inelutavelmente comprometidos com a dúvida original, oscilando entre um ascetismo puro e uma transcendência luminosa. Talvez, por isso, uns e outros, em qualquer momento das nossas vidas, já tenhamos sentido a falta de Deus. E outras vezes escutado os seus passos, os restos da sua voz no nevoeiro que cobre o mundo. E isso apazigua o medo. E, depois, estranhos de passagem, continuamos o caminho, cépticos ainda, mas com menos frio no coração. Mas será essa estranheza algo que devemos ocultar? Ou, como diz Henry James, «é preciso acreditar na dúvida, porque é isso que faz a grandeza do homem».
 
Diante da dúvida, que futuro, então, para Deus, num mundo que, ao mesmo tempo que vai perdendo o seu sentido ético, assiste à «instrumentalização política da religião», traduzida nos múltiplos fundamentalismos religiosos que enlouquecem os homens. «Talvez [como escreveu Enrique Vila-Matas] as ideias casuais de tanta gente incerta [...], as inquietações de cada um, dos vivos e dos mortos. Talvez algum dia com fluido abstracto e impossível substancia, formem um Deus ou um tecido novo e com a luz de outra vida ocupem o mundo».
 
Entretanto, «nas suas casas profundas Deus aguarda que se demonstre/ o teorema perfeito/ e terrível» [Herberto Helder, Última Ciência].
 
João Ventura - Publicado no blog O leitor sem qualidades

Imagem: Rene Magritte - Perspectiva I - Madame Recamier / Releitura da obra de David - Pintura - Óleo sobre tela 

tags:
publicado por ardotempo às 12:37 | Comentar | Adicionar

Engano, fuso horário ou dar conta do recado?

Beleza não põe mesa
 
Ferreira Gullar
 
Nós, virginianos, analíticos por fatalidade zodiacal, tendemos a corrigir os exageros ou equívocos que o entusiasmo provoca. Assim é que, passada a justa euforia que nos tomou ao ser anunciada a escolha do Rio para sediar a Olimpíada de 2016, é justo tentar entender o que realmente aconteceu. Se isso servirá para alguma coisa, não sei, mas sei que ver claro os fatos não faz mal a ninguém, a não ser aos que se beneficiam do engano.
 
A pergunta que me faço é, e procuro responder, a seguinte: o que determinou a escolha do Rio de Janeiro pelo Comitê Olímpico Internacional, em vez de Chicago, Tóquio ou Madri? Há quem diga que foi o excelente trabalho de marketing feito pelo Comitê Olímpico Brasileiro, enquanto para outros o fato decisivo foi a presença em Copenhague do presidente Lula.
 
Chegou-se mesmo a afirmar que Obama, derrotado por ele, teria voltado para casa de cabeça baixa. Para esses, a escolha do Rio veio confirmar, segundo as palavras de nosso presidente, que enfim o Brasil tem coragem de encarar de igual para igual as nações tidas como avançadas. Com esta vitória no Comitê Olímpico Internacional, chegamos enfim ao Primeiro Mundo!
 
Confesso que tais afirmações me deixam constrangido, pois, na verdade, indicam que continuamos amargando o complexo de vira-latas, preocupados, a todo instante, em mostrar que não somos cachorros, não. E é claro que não o somos, mesmo sem Olimpíada.
 
Não há nenhuma lógica em afirmar por que a escolha do Rio para sediar os Jogos Olímpicos nos põe de repente no Primeiro Mundo. O México os sediou, em 1968, e nem por isso entrou para essa categoria. Tampouco a Grécia (três vezes) e a Coreia do Sul, em 1988. Na verdade, não vale a pena perder tempo com semelhante discussão.
 
Destituído igualmente de propósito é dizer que a escolha do Rio pelo COI deveu-se a Lula que, pelo visto, faz chover quando quer. Basta lembrar que ele já era presidente quando o Rio foi descartado, em primeiro escrutínio, na disputa pela Olimpíada de 2012. É uma tolice superestimar a influência de chefes de Estado, tanto que Chicago, apoiado por Obama e Madri, pelo rei Juan Carlos da Espanha, perderam. Ganhou o Rio porque Lula é mais influente que os dois? Acho que nem ele, em sua inquestionável megalomania, acredita nisso.
 
Os fatos indicam o contrário: se Obama e o rei Juan Carlos não conseguiram a escolha de Chicago e Madri, é que os fatores decisivos eram outros e não o maior ou menor prestígio de qualquer deles. O que decidiu, como está evidente, foram os interesses do próprio COI e de seus dirigentes. É, portanto, fora de propósito achar que o Comitê Olímpico Internacional iria pôr em risco o êxito dos Jogos e arrostar com as consequências disso, apenas para agradar a governantes, seja ele Obama, Lula ou o rei da Espanha. Numa decisão como essa, estão em jogo desde o relacionamento do COI com a opinião pública das diferentes nações e continentes até - e sobretudo - interesses econômicos, envolvendo o prestígio de grandes empresas patrocinadoras do certame.
 
É, desse modo, mais fácil de entender a exclusão da cidade de Chicago, já que boa parte de sua população não a queria como sede e, por outro lado, o seu fuso horário que obrigaria os Jogos a serem vistos na Europa tarde da noite e pela madrugada a dentro. A questão do fuso também pesou, ainda que menos, na exclusão de Tóquio, somando-se ao fato de que já três Olimpíadas se realizaram na Ásia, a última delas em Pequim, recentemente.
 
E Madri? Por que não Madri, que se apresentou com a infraestrutura pronta, enquanto o Rio estava longe disso? A exclusão de Madri teve duas razões: a Espanha já ter sediado a Olimpíada em Barcelona e, sobretudo, o interesse da França, Alemanha e Itália em sediá-la em 2020. A escolha da Espanha em 2016 tornaria essa pretensão inviável.
 
Restava o Rio de Janeiro, que, não tendo o problema do fuso horário e, por essa razão, atende melhor ao interesse das grandes empresas, patrocinadoras dos Jogos. Não foi porque o Rio de Janeiro continua lindo e a economia estável. Isso conta, claro, mas não decide, como não decidiu nas duas vezes anteriores em que ele se candidatou e perdeu. E, aliás, tinha ainda contra si, o grave problema da segurança, que é grave, sem dúvida. O Rio foi escolhido porque, das 26 Olimpíadas realizadas, 15 foram na Europa, seis na América do Norte, três na Ásia, duas na Austrália e nenhuma na América do Sul. Por exclusão, vencemos. Importante agora é mostrar ao mundo que podemos dar conta do recado.
 
 
 
 
© Ferreira Gullar
tags:
publicado por ardotempo às 11:54 | Comentar | Adicionar
Sábado, 24.10.09

Novo Fischer

Escuro, claro, de Luís Augusto Fischer - Livro de contos
 
Escuro, claro: contos reunidos apresenta 31 contos de um dos mais argutos observadores da produção cultural do Brasil. Luís Augusto Fischer, professor de literatura, cronista e um especialista apaixonado pela produção literária brasileira e platina, organizou o livro tematicamente. A abertura se dá com “O império de Eros”, que reúne os contos que, de alguma forma, mostram o sujeito atônito (e às vezes paralisado) diante dos desafios do amor. A dureza da vida cotidiana e material é tratada em “A força de Tânatos”, a segunda parte, e reflexões metaliterárias são o assunto de “As estratégias de Clio”. Encerram o volume quatro contos que compõem a parte intitulada “A bênção de Machado de Assis”, nos quais o autor homenageia criações e o pensamento do grande escritor brasileiro ao mesmo tempo em que se utiliza da ótica machadiana para abordar questões da atualidade. 
 
Sobre a totalidade dos 31 contos – desde histórias escritas em meados da década de 90 e anteriormente publicadas até criações recentes e inéditas de Luís Augusto Fischer – pairam como que três signos: a elegância da palavra, que é nestas páginas usada de maneira característica – exata ao mesmo tempo que imbuída de um lirismo cotidiano, fluente e munida de elementos de oralidade; a perplexidade do homem-no-mundo, seja diante da figura feminina, de problemas concretos e chãos, da dificuldade da escrita ou, na vertente machadiana, do comportamento do homem social; e, em terceiro lugar, o caráter ensaístico, que faz de cada história não apenas uma ficção, mas uma reflexão que se estende à humanidade em geral. 
 
São 31 histórias saídas da imaginação de um autor que se propõe não apenas a ficcionalizar sua matéria-prima, mas também a refletir sobre ela e, em última análise, a organizar ideias – as dele e as nossas. 
 

Luís Augusto Fischer nasceu em 1958, em Novo Hamburgo (RS). Desde 1984 leciona Literatura Brasileira na UFRGS. É colunista do jornal Zero Hora RS Porto Alegre e colaborador da Folha de S. Paulo SP São Paulo 

publicado por ardotempo às 22:59 | Comentar | Adicionar

Verdes Trigos - Editora digital para o Kindle

 Verdes Trigos é selo de edição digital para kindle e outros e-readers

 
Verdes Trigos e Noga Sklar celebram parceria para a edição e publicação de livros digitais para o Kindle, da Amazon.Com e outros e-readers.
O selo da edição levará a marca VerdesTrigos.
Os livros da escritora Noga Sklar já estão publicados e disponiveis na Amazon.
publicado por ardotempo às 12:45 | Comentar | Adicionar
Quinta-feira, 22.10.09

Ressurreição

Regresso da Polaroid
 
 
 
 
Como Lázaro de Betânia, a Polaroid morreu mas vai voltar à vida. E bem pode dizer-se que o seu santo milagreiro foi o The Impossible Project, o grupo liderado por Florian Kaps (fundador do polanoid.net) que, depois do encerramento da fábrica de cartuchos Polaroid em Enschede, na Holanda, nunca deixou morrer a esperança de ver outra vez no mercado a "velha" fotografia analógica instantânea. E conseguiu, o lobby a favor da ressurreição da Polaroid resultou: em Junho o Summit Global Group anunciou a compra dos direitos de exploração da marca até 2014 e, depois de meses de especulação, o consórcio anunciou há dois dias que vai voltar a colocar no mercado a "maioria" dos formatos de filmes e novas máquinas, projecto que inclui também modelos digitais. Os produtos devem ficar disponíveis em meados de 2010. O The Impossible Project ficará responsável pelo fabrico das películas. Porque afinal "impossível" é só uma palavra.
 
Imagem: David Hockney - "Piscina ao sol" - Composição de polaroids / Fotografia, 1982
 

Publicado no Blog Arte Photografica 

publicado por ardotempo às 21:23 | Comentar | Adicionar

AVE, FLOR - Livro e Recital

Convite para lançamento de livro:

 

 

 

 

 

Livro Ave, Flor
Poemas de Cleonice Bourscheid
Imagens de Anelise Scherer
Prefácio de Armindo Trevisan
Apresentação de Paulo Amaral
Reproduções fotográficas das imagens de Pierre Yves Refalo
 
Recital Ave, Flor
Voz: Deisi Coccaro, Clarice Bourscheid e Luciana Kiefer
Viola: Fernando Mattos
Participação especial do Quarteto de cordas UNISINOS
Às 20h30min 
 
Dia 23 de outubro - sexta-feira
 
Local: Studio Clio
Rua José do Patrocínio, 698
Cidade Baixa - Porto Alegre RS Brasil
Fone: (51)  32 54 72 00
Edições ARdoTEmpo
 

publicado por ardotempo às 18:36 | Comentar | Adicionar

Onde está o inimigo?

A guerra do Rio é uma metáfora cavilosa
 
Elio Gaspari
 
 
O Rio ganhou um novo problema, a blindagem dos helicópteros da polícia (e por que só os da polícia?). Os três jovens mortos na entrada do Morro dos Macacos são uma nota de pé de página. Três dias de desordens nas estações da SuperVia já são coisa do passado. De uma hora para outra, o carioca sente-se num cenário de "Tropa de elite".
 
Primeiro ele parou de caminhar pelas ruas do bairro depois do jantar. Um país com a taxa de fecundidade de 6,3 filhos por casal não podia ir para a frente. Depois, faz tempo, surgiram as grades nos jardins do recuo dos edifícios. Do Leblon ao Leme há algo como 10 mil metros de calçadas gradeadas, mas não poderia ser diferente: nessa época a população favelada do Rio dobrara, de 335 mil pessoas para 722 mil.
 
Isso acontecia numa cidade em que, até 1983, pareceu irrelevante o fato de os ônibus não passarem pelo Túnel Rebouças, inaugurado em 1966. Parecia natural que a choldra da Zona Norte não tivesse acesso fácil a Copacabana e Ipanema.
 
Na virada do século foi preciso blindar o carro. Pensando bem, era uma impropriedade estatística. A taxa de fecundidade das brasileiras caíra para 2,9 filhos por casal. Estavam nascendo menos pobres, portanto, não fazia sentido que a população favelada chegasse a 722 mil almas, quase 15% da população da cidade.
 
Aos perigos e transtornos impostos ao carioca somou-se a cenografia de uma guerra. A crise da segurança pública do Rio não é uma guerra. Pode ser pior, mas não é guerra. Os quatro anos da ocupação alemã em Paris foram menos cruentos que quaisquer quatro anos do Rio, desde 1980.
 
A ideia de uma guerra pressupõe um inimigo perfeitamente identificado e a disposição de se utilizar todas as forças disponíveis para submetê-lo. Guerra pressupõe tentar devolver o Vietnã do Norte à Idade da Pedra.
 
Não há guerra no Rio, o que há é uma metáfora de conveniência. Ela cria o cenário da emergência, mas não pode dar o passo seguinte, que seria o reconhecimento de que uma parte da cidade está em guerra com outra, como aconteceu na Argélia, ou na África do Sul da fase mais agressiva do apartheid.
 
Esse passo não é dado porque, apesar dos surtos demofóbicos, a sociedade brasileira nunca se associou a um projeto desse tipo. Colocando a coisa de outro modo: o pedaço da sociedade que seria capaz de apoiar uma política de violência segregacionista, levando-a a consequências extremas, ainda não tem coragem para vocalizar suas propostas e não haverá de tê-la nos próximos anos. Pensar que essa linha de pensamento não existe é colocar a ingenuidade a serviço das boas maneiras.
 
A metáfora da guerra não define o inimigo mas, cavilosamente, deixa-o subentendido. Ele está na favela ("fábrica de marginais", na definição do governador Sérgio Cabral). Essa guerra sem inimigo produz cenários, cenas de batalha, vítimas e juras de vingança, nada mais. Tudo fica parecido com "Tropa de elite".
 
Uma metáfora pode sustentar um filme, mas não resolve as questões da segurança de uma cidade.
 
Se o clima de guerra sair da agenda do Rio não há qualquer garantia de que as coisas melhorem, mas pelo menos será retirada a cortina de fantasia que mascara políticas públicas fracassadas.
 

Elio Gaspari - Publicado no Blog do Noblat 

publicado por ardotempo às 18:27 | Comentar | Adicionar

Em busca da página perfeita

Um livro
 
A verdade é que já não me lembro onde comprei este livro, nem porquê. Estava ali na estante, fininho, à espera, com a sua capa sombria (uma toupeira coberta de insectos, pendurada de um ramo por uma corda) e o seu título misterioso: Évocation de Matthias Stimmberg suivi de Six notes autour de l’écriture et de l’obsession (Bibliophane-Daniel Radford, 93 págs., 2003). Hoje peguei-lhe. E apercebi-me que fui traído pelo nome do autor, Alain-Paul Mallard, que julguei francês. Na verdade é mexicano, nasceu em 1970 e vive actualmente em Paris, onde trabalha como realizador de cinema. A sua bibliografia resume-se a este livro, cuja primeira parte já tinha sido publicada no México, em 1995, e a Recels, outro volume de prosas curtas, editado já este ano por L’Arbre Vengeur.
 
 
Uma rápida consulta ao Google desfaz uma dúvida: e se Mallard, como o Matthias Stimmberg evocado nestas ficções, fosse um escritor imaginário? Não é. A informação online revelou-se escassa, mas encontrei um vídeo, fotos, algumas recensões e uma nota biográfica que menciona a «lenda familiar» segundo a qual o seu nome proveio de um soldado, participante na expedição militar francesa ao México (1861-1867), que se terá perdido nas margens do rio Papaloapan, no sul do estado de Veracruz.
 
Comecemos pelas notas «em volta da obsessão e da escrita», preparadas para um colóquio internacional de «jovens narradores», em que Mallard se cruzou, entre outros, com o dominicano Junot Díaz, autor de A Breve e Assombrosa Vida de Oscar Wao, excelente romance de estreia que ganhou o Pulitzer de Ficção em 2008. Na sua intervenção, Mallard começa por lembrar uma célebre frase de Freud – «a cultura engendra a neurose» – com a intenção de a inverter, mostrando que a neurose também pode engendrar a cultura; ou, mais especificamente, a literatura. Pelo simples facto de que «complicam o problema humano», os desequilíbrios (psicológicos ou de personalidade) serão sempre propícios à criatividade literária. Mallard concentra-se sobretudo no modo como o comportamento obsessivo condiciona, desbloqueia ou alimenta o trabalho de escrita de alguns autores. Francis Ponge, por exemplo. Durante quase um terço da sua vida, de 1942 a 1967, o autor de O Partido Tomado Pelas Coisas procurou fixar com palavras a natureza escorregadia e evanescente do sabão, até que reuniu em livro o somatório de todas essas tentativas e «ângulos de ataque», as «declinações sucessivas» de um mesmo tema, com «intuições, avanços, naufrágios, contra-sensos». Houve no projecto de Ponge tanto de obsessão como de perseverança, resume Mallard, mas acima de tudo houve uma «lição de escrita».
 
Caso distinto é o de Juan Rulfo, em que o temperamento obsessivo, mais do que conduzir à persistência num tema, é um «garante da forma». Entre a primeira e a segunda edição de A Planície em Chamas (edição portuguesa da Cavalo de Ferro), Rulfo introduziu pequenas variantes lexicais que são exemplos do mot juste flaubertiano, reflectindo uma vontade de levar até ao limite a coerência textual e de fixar «definitivamente» a prosa literária. O que Mallard pretende, em última análise, é estabelecer para si mesmo uma praxis da escrita que passa pela máxima exigência estética. Um texto só deve ser publicado quando as partes que o constituem encontraram a sua forma final. E isso implica uma «batalha contra a linguagem». Uma batalha sem tréguas. E das duas uma: ou se consegue dominá-la, ou se acaba dominado por ela. Seja como for, para Mallard escrever é sempre «servir a linguagem», porque «desde que Borges demonstrou a existência da página perfeita» temos o dever de aspirar a essa perfeição.
 
Costuma dizer-se que entre a teoria e a prática há sempre uma certa distância, mas isso não se aplica a Alain-Paul Mallard. Em Évocation de Matthias Stimmberg, ele cumpre à risca o que defende nas notas. Máximo rigor verbal, máximo depuramento, máximo efeito literário. A primeira versão destes contos tinha 200 páginas; a final, pouco mais de 50. A reescrita foi tão furiosa que o escritor colombiano Alvaro Mutis terá dito: «é preciso arrancar-lhe o livro antes que ele desapareça». Como o sabão de Francis Ponge.
 
José Mário Silva - Publicado no blog  Bibliotecário de Babel 
tags:
publicado por ardotempo às 17:50 | Comentar | Adicionar
Terça-feira, 20.10.09

Ave, Flor no Studio Clio - Dia 23 de outubro

Lançamento de livro e recital - Ave, Flor

 

Cleonice Bourscheid e Anelise Scherer
 
 
 
 
Acontece nesta sexta-feira, 23 de outubro, a partir das 19h30min, o lançamento do livro de poemas Ave, Flor de Cleonice Bourscheid, com ilustrações botânicas da artista Anelise Scherer. As minuciosas e precisas reproduções fotográficas das imagens, bem como sua preparação digitalizada para publicação no livro foram realizadas pelo fotógrafo Pierre Yves Refalo.
 
A obra, que tem prefácio do poeta e professor Armindo Trevisan, é composta por delicados poemas que cantam a flora brasileira.  A apresentação das imagens e feita pelo artista plástico e curador Paulo Amaral.
 
Nas palavras de Armindo Trevisan
 
Cleonice Bourscheid oferece-nos uma série de poemas sobre a flora nacional. Para dar maior realce ao livro de Cleonice, o talento gráfico de Anelise Scherer uniu-se à inspiração poética de sua amiga. A colaboração entre ambas resultou numa autêntica louvação: objetiva, serena, lírica – até com respingos de humor – a essas criaturinhas misteriosas, às quais não costumamos consagrar senão migalhas de nosso tempo...
 
Sobre o trabalho de Anelise, escreve Paulo Amaral:
 
Com desenho preciso e delicado Anelise Scherer nos possibilita organizar - ou relembrar - a Natureza disponível aos nossos cegos-olhos-modernos, tão mal acostumados ao repouso sobre as sutilezas do belo.
 
O ciclo de canções sobre os poemas, composto especialmente pelo compositor Fernando Mattos, tem estréia nacional no Studio Clio, às 20h30min.
 
Na segunda parte do programa serão apresentadas canções de compositores diversos num tributo a natureza.
 
Recital Ave, Flor
Voz: Deisi Coccaro, Clarice Bourscheid e Luciana Kiefer
Viola: Fernando Mattos
Participação especial do Quarteto de cordas UNISINOS
Às 20h30min 
 
Local: Studio Clio
Rua José do Patrocínio, 698
Cidade Baixa - Porto Alegre RS Brasil
Fone: (51)  32 54 72 00
Edições ARdoTEmpo
 
 
publicado por ardotempo às 02:59 | Comentar | Adicionar
Segunda-feira, 19.10.09

Encouraçado

O ANJO BLINDADO

 

Zé dos Anjos

ZéAugusthodosAnjos

Zé Augustho

 

O poeta escreve seu texto incontido, sem pruridos nem reservas, a escrita automática dos surrealistas, um tanto como Picasso o fez em seu próprio livro publicado, como no espaço metafísico da xangrilá de Alain Resnais.

 

Uma resposta coerente, profunda e poética, especular e metafórica ao gesto espontâneo de uma pintura derramada e expressionista. Devemos ler a saga do elefante condoreiro como quem encontra/como quem se defronta/como alguém que se choca com a explosão de signos e cores, atômica, de uma pintura de Ruth Schneider, ou de De Koënning ou de Dubuffet.

 

“...até o coveiro  das teclas                                                                       

anunciar a céu aberto de aninhas                                                           

tua chegada por e mail.

 

A poesia de Zé Augustho é um encontrão, uma pisada no pé, um esbarrão inesperado numa calçada de movimentos ondulatórios comportados e polidos. “Perdão, senhora, desculpe, senhor... não foi sem querer.”

 

“...ave marinha cheia de graxa                                                                                   

senhor é tão pouco                                                                                               

bendito entre lãs mujeres                                                                                   

sois vós  o pão nosso em calmaria (...)                                                                                                                                               

aqui na terra                                                                                                                       

e na poluição do mel                                                                                               

todos os foguetes do ódio                                                                                   

e a miséria roubada das merendas.”           

 

No texto poético, uma corrente extensa de elos e de significados. Nele estão incrustradas as pequenas homenagens, as citações eruditas, uns impropérios indignados, uns gritos, uns insultos, a escatologia, umas delicadezas.

 

De ardência e encanto

Vai e vem

Sempre ao impulso

Das marés de Gonzagas.

 

Um texto escorreito e magnético proposto pelo poeta, expelido de uma só vez num sopro vital, sem tosse e sem rinite alérgica, um jorro de vida como é a forma particularizada do poeta ver o seu mundo e como ele se sateliza aos diversos universos que o cercam e que formam essa miragem caleidoscópica que chamamos de realidade.

 

Todo elefante é frágil

E tudo na praia é passageiro

Menos o motorista e o elefante condoreiro

E, se tu és como um Deus, meu companheiro

Sei que sou princípio de alguém

E, também sou o fim de ninguém.”

 

O que é tangível? A carta enigmática do poeta ou as notícias selecionadas do jornal? A conversa sobre o tempo no táxi ou a interpretação ideológica das cenas dos jornais televisivos noturnos? A imagem policromada de Deus ou a figura imaginada do elefante condoreiro a pisar com passos de feltro o sonho do poeta? A iconoclastia dos versos afiados e dançarinos dão sentido, revelam as intenções e  conduzem o espectro de luzes e sombras através do labirinto de prismas e de espelhos.  Assim é letra e a voz do anjo blindado.

 

 

 

 

A praia do elefante condoreiro

Zé Augustho Marques

85 páginas

Editora Carta

 

Local do lançamento e autógrafos: Espaço Cultural Á Lenha

Rua Pe. Chagas, 330 - Moinhos de Vento

Das 19h às 22h - 

Porto Alegre RS Brasil

 

Imagem: Antonio Segui - Elefante dos Pampas - Desenho a tinta china com pena caligráfica e lápis de cor sobre papel, 1976 (Uruguay)

publicado por ardotempo às 21:48 | Comentar | Adicionar
Domingo, 18.10.09

História sem memória

Uma voz, muitas vozes
 
Ferreira Gullar
 
A lamentável notícia da morte de Mercedes Sosa me pôs subitamente no Chile de meados de 1973. A memória é misteriosa e assim estou de novo em meu apartamento da Providência, não muito longe do palácio La Moneda, onde, àquela hora, Salvador Allende governava o país com dificuldade.
 
Ali, em minha pequena sala, ouvindo o noticiário da rádio Portales, não imaginava a tragédia que se armava como uma tempestade a cair sobre nós. Que o golpe militar viria, disso eu estava certo ou, pelo menos, temeroso, mas quando e de que modo não sabia naquela tarde clara em Santiago.
 
Vivíamos à beira do abismo sem ter onde de fato nos segurar. Por isso, tudo o que podíamos fazer era seguir em frente, movidos pela esperança. Evitei que Thereza e as crianças fossem juntar-se a mim e corressem os mesmos riscos. Safar-me sozinho seria mais fácil, mesmo porque, quanto a mim, a escolha estava feita, sem alternativas.
 
Ainda que esperado, o golpe, ao desabar sobre minha cabeça, deixou-me aturdido, mas decidido, mesmo porque o que não tem remédio remediado está. Pus meus poucos dólares sob a palmilha dos sapatos, calcei-os e saí ao encontro dos companheiros de exílio, conforme o combinado para aquela eventualidade. Não os encontrei. Horas depois, caminhava sozinho e aturdido por ruas enfeitadas de bandeiras que saudavam o golpe militar e a derrubada de Allende. Ao chegar, de volta ao apartamento, haviam pichado em minha porta "Fora comunista" e mais o desenho da foice e o martelo. Apaguei a pichação e me preparei para o pior. Foi então que liguei o rádio e ouvi a voz de Mercedes Sosa, cantando:
 
"Gracias a la vida
que me ha dado tanto
Me ha dado la risa
Y me ha dado el llanto".
 
Mas, de súbito, cessa a canção e entra um comunicado do novo governo chileno pedindo aos ouvintes que denunciassem os comunistas de sua vizinhança. Sem tirar os sapatos, recostei-me na almofada do sofá e adormeci.
 
Volto a 2009 e aqui estou escrevendo esta crônica que não sei como terminará. Vejo o rosto de Mercedes Sosa que sorri na primeira página do jornal, muito embora já esteja morta em Buenos Aires. Estranho este nosso mundo das imagens, onde os mortos não se distinguem dos vivos.
 
Pura ilusão. Santiago do Chile continuou sua história, embora Allende tivesse deixado de existir naquele 11 de setembro de 1973. Os anos se passaram, voltei finalmente para casa, para a família e os amigos. Quando algum fato me trazia à lembrança aqueles dias terríveis, fazia o possível para empurrá-lo de volta ao esquecimento. Tenho horror ao passado, especialmente ao passado doído. Por isso mesmo, fiquei muitos anos sem voltar ao Chile, o que aconteceu, no entanto, em 2000, para participar de um festival internacional de poesia.
 
Aceitei o convite porque já então a lembrança daqueles dias perdera a contundência com que me ferira por muitos anos. A hipótese de voltar então a Santiago, onde vivera um pesadelo, pareceu-me aceitável e, mais que isso, desejável, para me curar definitivamente do passado.
 
Foi imbuído dessa disposição que tomei o avião com destino a Santiago do Chile, com minha companheira Cláudia Ahimsa, para quem a ida ao Chile era uma primeira visita à cidade plena de histórias alheias. Sobrevoamos os Andes e, logo depois, descemos no aeroporto Pudahuel.
 
A certeza de que voltava a uma cidade conhecida sofreu logo ali um primeiro golpe: o aeroporto estava irreconhecível, mais moderno e muito maior. Procurei o balcão onde, 30 anos atrás, pegara o cartão de embarque, ao escapar do inferno, e não o achei.
 
Seguimos de táxi para o centro e a sensação que eu tinha era de que desembarcara numa cidade onde nunca estivera. Os edifícios eram outros, mais altos, os shoppings centers surgiam a cada quadra. Na avenida Providência, passamos à frente do conjunto residencial onde morara e tampouco o reconheci. Peço ao chofer que pare um instante, desço e busco meu antigo prédio.
 
Tudo mudou, à frente dele havia um amplo gramado, agora ocupado por novos edifícios de apartamentos. Volto ao carro e peço ao chofer que siga em frente. Depois de um tempo, estamos diante de La Moneda, o palácio presidencial onde morrera Allende. O palácio era o mesmo e era outro. De fato, tudo o que ocorrera ali se apagara, como tem que ser. Não obstante, estranhamente, sentia falta do drama e da paixão que a tudo incendiava naqueles dramáticos dias. Agora reina a paz: as pessoas cruzam as ruas tranquilamente, conversam, riem, imersas no presente, enquanto a manhã chilena seguia adiante, alegre e sem memória.
 

© Ferreira Gullar

tags:
publicado por ardotempo às 14:42 | Comentar | Adicionar

Realismo fantástico

Tapete vermelho para o rei do Brasil

 

 

No meio do sertão, sobre a terra árida do interior de Pernambuco, um tapete vermelho de mais de uma centena de metros para a comitiva real. Tão absurdamente fantástico como o biocombustível para o consumo mundial, como o petróleo profundo em alto-mar, como o país capaz de realizar ao mesmo tempo a Copa do Mundo de Futebol e as Olimpíadas... 

 

Fotografia de Evelson de Freitas - Publicado no Blog do Noblat

publicado por ardotempo às 13:50 | Comentar | Adicionar
Sábado, 17.10.09

Mariana Ianelli - Poema Inédito

Poesia

 

 

13º TRABALHO DE HÉRCULES 

 
 
Eis o velho empreendedor,
O indomado.
 
De hora em hora lhe dão de comer,
Esquadrinham-lhe as intimidades.
 
Tudo o que sente são cores,
Nenhuma delas equivalente 
A entusiasmo.
 
- Ao menos Jó tivera a regalia
De sangrar, energia bastante 
Para empenhar no ódio 
E contaminar a ordem 
Com uma peste e um milagre –
 
Mas a chaga do herói não se mostra,
O toco da sua dignidade mutilada.
 
Sabe lá em que recinto arcano
Polemizam duas potestades,
Até quando estremecerão as artérias 
E quem vencerá essa aposta.
 
 
 
 
© Mariana Ianelli - Iluminuras, 2009 / (Inédito)
 
 
 
 
 
 
Imagem: Laocoonte e seus filhos - Conjunto escultórico grego - 42 a.C. / Atribuída por Plinio, o Velho a três escultores de Rodes; Agesandro, Almodoro e Polidoro / Encontrada por Felice de Fredi e Michelangelo Buonarroti nas ruínas das Termas de Tito, em Roma no ano 1506.

publicado por ardotempo às 23:04 | Comentar | Adicionar

Bibliotecário de Babel

 

 

José Mário Silva é excelente escritor e poeta. Além disso, é respeitado crítico literário do Expresso de Lisboa, colaborador permanente da revista Ler e editor do blog Bibliotecário de Babel, blog que vale pelo menos uma visita diária. Autor do livro de contos Efeito Borboleta e outras histórias; e do livro de poesias Luz Indecisa, ambos editados e disponíveis apenas em Portugal, por enquanto.

 

Veja o blog Bibliotecário de Babel

publicado por ardotempo às 21:54 | Comentar | Adicionar

"A morte é a inventora de Deus"

"La muerte es la inventora de Dios"
 
Francesc Relea, entrevista José Saramago
 
"Hay quien me niega el derecho de hablar de Dios, porque no creo. Y yo digo que tengo todo el derecho del mundo. Quiero hablar de Dios porque es un problema que afecta a toda la humanidad".
 
José Saramago (Azinhaga, 1922) ha vuelto a escribir de un tema que le inquieta. Lo ha hecho esta vez a través de una figura bíblica con mala prensa. Caín (Alfaguara), última novela del premio Nobel de Literatura de 1998, tiene grandes posibilidades de levantar las iras de algunos sectores católicos. Nada nuevo para el escritor portugués, que en 1991 generó una polémica mayúscula con El Evangelio según Jesucristo. En aquella ocasión, el Gobierno luso se sumó a la campaña contra Saramago, al vetar su nombre como candidato al Premio Literario Europeo. El primer ministro era el conservador Aníbal Cavaco Silva. Hoy es el presidente de la República. El veto indignó al escritor, que decidió autoexiliarse en Lanzarote, donde reside con su esposa, Pilar del Río, desde entonces.
 
¿Se puede repetir la historia ahora con Caín? "No. Ya metieron una vez la pata. No repetirán la experiencia, a no ser que quieran caer en el ridículo", dice Saramago, con aparente convicción. La entrevista tiene lugar en su casa lanzaroteña, refugio del escritor, a la que acuden amigos de todos los rincones. Dentro de unas horas tiene prevista la llegada de Mario Vargas Llosa. "El Evangelio... provocó las reacciones más violentas en sectores católicos de Italia. Me llamaron provocador", explica.
 
"En mi opinión, los católicos no tienen motivos para enojarse con Caín, porque no tiene nada que ver con ellos. El libro habla del Antiguo Testamento, y me parece que los católicos no leen la Biblia ni el Antiguo Testamento. Tienen el Nuevo Testamento, que es un texto simpático con parábolas bonitas. Creo que Caín sentará mal a los judíos, porque la Torá es su libro. Me llamarán de nuevo antisemita. No me importa. He escrito el libro que quería y creo que es una buena obra literaria". Una obra que reescribe libremente una historia, la Biblia, que según el autor no ocurrió. Y para ello usa elementos de esta historia, Babel, Jericó, Sodoma y Gomorra, Moisés en el Sinaí. Entonces ¿qué ha escrito? ¿Una fantasía? "Sí, pero en mis fantasías hay mucha lógica, y esto ocurre en muchos de mis libros. Le propongo al lector un punto de partida que puede parecer absurdo. Pero después, el desarrollo es siempre de una lógica impecable". Acaso pretende hacerle la competencia a la Biblia. "De ninguna manera. No pretendo que el lector crea haber visto la luz después de leer el libro. Sólo propongo que piense en sus propias creencias y qué espera de ellas. ¿La vida eterna? ¿La condena al infierno?".
 
En la controvertida novela del Evangelio, Saramago humanizó la figura de Jesucristo. Algunos lectores de su último libro apuntan que ahora humaniza la figura de Caín. Pone cara de póquer, medita un instante y hace la siguiente reflexión: "Lo que pasa es que Jesús humaniza la figura de Dios. Jesús suavizó y matizó el Dios del Antiguo Testamento. Nunca tuve la conciencia de que estaba humanizando a Caín, pero, claro, es el fratricida, el asesino de su hermano Abel. En castellano hay la palabra cainita, que habla por sí sola. Siempre he pensado que la historia de Caín es una historia que ha sido mal contada en la Biblia. Como la de David y Goliat. Goliat nunca ha podido acercarse a David, David venció porque tenía una onda, que era la pistola de la época".
 
De dónde viene esa obsesión por escribir de Dios, pregunto, porque el tema de fondo es Dios, aunque ahora sea a través de la figura de Caín. "Puede parecer extraño", dice. "Nunca tuve educación religiosa. Ni en el colegio, ni en casa. No tuve crisis religiosas en la adolescencia ni cuando uno empieza a preguntarse sobre la muerte. Sinceramente, creo que la muerte es la inventora de Dios. Si fuéramos inmortales no tendríamos ningún motivo para inventar un Dios. Para qué. Nunca lo conoceríamos". El ateísmo del autor tiene sus matices. "Ateo es sólo una palabra. En el fondo, estoy empapado de valores cristianos, y es verdad que algunos de estos valores coinciden con valores de humanismo. Los acepto. Ahora bien, todo lo que tiene que ver con la creencia en un Dios superior y eterno, que un día me condenará, me parece una chorrada".
 
Las páginas de Caín son implacables con Dios. "No", replica. "Soy implacable con la especie humana, que ha inventado el Señor". Bueno, pero el libro dice, entre otras cosas, que Dios no es de fiar, que es capaz de pactar con Satán, que está rematadamente loco. Le trata de rencoroso, maligno, corrupto... Le acusa de despreciar la Justicia. Y así hasta el final, donde afirma que Dios acaba por arrepentirse de haber creado el hombre. "Sí, por eso, según la Biblia, ordenó el diluvio y exterminó a la humanidad, a excepción de Noé y su familia. El libro es una lucha entre el hombre y Dios. Con Caín, que no era precisamente un santo sino todo lo contrario, pero en el fondo más limpio de mente y más transparente".
 
Mientras escribía, Saramago tropezó con un problema narrativo que parecía no tener solución: el paso de Caín por el tiempo. ¿Qué hacer? "Inventé, no el futuro ni el pasado, sino lo que llamo otro presente. De repente, Caín se encuentra en otro presente, no importa que sea pasado o futuro. Creo que conseguí conservar el humor en un tema tan complicado. El libro es divertido y profundamente serio". No es una ironía premeditada, asegura. Nunca premedita nada. La historia marca el camino de cómo tiene que ser narrada. "Soy una mano obediente que intenta no hacer nada en contra de la lógica y de lo que estoy escribiendo. Que acepta lo que quiere la propia historia. La ironía es una constante en todos mis libros. El humor aparece por primera vez en El viaje del elefante, y se repite en Caín. No fue una decisión consciente, simplemente ocurrió así".
 
La novela termina con una discusión, cargada de reproches mutuos, en el umbral de la gran puerta del arca de Noé, entre Dios y Caín: "Caín eres el malvado, el infame asesino de su propio hermano. No tan malvado e infame como tú, acuérdate de los niños de Sodoma". Es la eterna discusión entre el hombre y Dios, precisa el escritor. Una discusión sin salida. "Ni él nos entiende a nosotros, ni nosotros le entendemos a él. Son dos entidades que no se han entendido, no se están entendiendo y no se entenderán".
 
Saramago lo escribió en cuatro meses, la mitad del tiempo invertido en su anterior libro, El viaje del elefante. En ambos casos, reconoce, tenía prisa por escribir, en una carrera contra el tiempo. No podía bajar el ritmo. "Ahora ya puedo darme el lujo de reducir la velocidad. Cumpliré pronto 87 años. La vida es como una vela que va ardiendo, cuando llega al final lanza una llama más fuerte antes de extinguirse. Creo que estoy en el periodo de la última llamarada, antes de la extinción. Lo digo sin dramatismo. Tengo muy claro que no voy a vivir mucho más. Ahora estoy en una fase en la que sí creo que puedo hacer un trabajo y lo puedo hacer bien, quiero hacerlo. Después acabará todo y quedarán mis libros, que pienso seguirán siendo leídos. Espero, si la salud aguanta, terminar la novela que tengo entre manos". No revelará nada del próximo libro. Tan sólo un detalle: ya tiene decidida la última frase. No habrá sorpresas ni cambios sobre la marcha. No suele haberlos en su escritura. "Creo que soy un escritor lógico".
 
Pilar del Río va y viene por la casa, como siguiendo en la distancia la conversación. Saramago habla con cierta parsimonia, pero no da muestras de cansancio. Pasamos de la literatura a la política, su otra gran pasión. Le gusta hablar de política. Toma carrerilla y no para. Las primeras críticas son para el Partido Socialista (PS), que ha gobernado en Portugal los últimos cuatro años y medio con mayoría absoluta, y que seguirá en el poder después de ganar las elecciones del pasado 27 de septiembre. "El Gobierno socialista ha hecho políticas de derecha y el problema es que no hay ningún palacio de invierno para asaltar. Lo peor de todo, y esta crisis lo ha demostrado, es que la izquierda no tiene ideas. Ningún partido de izquierda, más o menos roja, más o menos rosa, ha presentado una sola idea para combatir la crisis. Y con los sindicatos ha ocurrido lo mismo. Su fuerza está dormida, domesticada. Me parece que Marx nunca ha tenido tanta razón como ahora. Pero eso no es suficiente. Haría falta una reflexión profunda, partiendo de Marx".
 
Es sabido que el premio Nobel portugués es militante del Partido Comunista desde los años sesenta. Un PC que no tiene parangón en la Unión Europea, de larga tradición estalinista, que sigue llamándose comunista, que conserva la iconografía bolchevique, hoz y martillo, bandera roja, que sigue soñando en épocas pasadas, probablemente más próximas a lo que representaba la antigua Unión Soviética, y que, contra viento y marea, tiene un electorado inquebrantable de medio millón de votos, que representa alrededor del 8%. El escritor admite que "es muy posible" que el PCP viva anclado en el pasado. "Lo que pasa es que tenemos una herencia, de la que no puedo despegarme. Y es posible que esta herencia no tenga mucho que ver con la realidad actual. Pero ¿por qué la realidad actual tiene razón?". Su militancia comunista tiene, probablemente, más de sentimentalismo que de convicción. "Los sentimientos cuentan. No me reconocería en ningún otro partido. Puede que sea mi culpa, y que esté enquistado en ideas del pasado, pero yo también tengo mi propio pasado.
 
Francamente, no sabría convivir en otro partido si mañana dejara el PCP. No me pasa por la cabeza". Entonces ¿por qué sigue en el Partido? "Por respeto a mí mismo. He sido muy crítico con mi partido. Dije en una ocasión que nunca dejaría el partido, con una condición: que el partido no me deje a mí. Dejarme a mí sería un cambio radical de rumbo. No creo que eso ocurra". Tuvo una incursión, fugaz, en la política activa, cuando fue presidente de la asamblea municipal del Ayuntamiento de Lisboa. Duró cuatro meses y acabó enojado hasta con su propio partido. No le quedaron ganas de repetir la experiencia, aunque en alguna ocasión aceptó ir en las listas electorales en lugares no elegibles. "Creo que sería un diputado muy bueno", dice sin cortarse. "Siempre he dicho lo que he querido, y también es cierto que la dirección del partido nunca ha hecho nada para impedírmelo".
 
Saramago hace tiempo que no sube a su escritorio, en el piso superior de la casa, porque la estrecha escalera entraña un riesgo demasiado alto. El estudio tiene una hermosa vista con el Atlántico al fondo, la mesa de trabajo, anaqueles con los libros más queridos, pinturas, recuerdos. Ahora escribe en la biblioteca construida en un edificio anexo a la casa, que alberga su colección particular, convenientemente catalogada, a la espera de su traslado a la Casa dos Bicos, un edificio emblemático del gótico lisboeta, construido en 1523, que será la sede de la Fundación José Saramago, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de la capital. "La fundación es cosa de Pilar", dice el escritor. La compañera inseparable, traductora de sus últimos libros, es el motor del engranaje. "No sólo el motor, también las ruedas". En la recta final de su vida, contempla una vuelta, tal vez parcial, a su querida Lisboa, donde tiene una casa. "Ahora nos vamos a Italia y luego nos quedaremos unas semanas en Lisboa. Allí siento que estoy en casa. Nunca pensé que viviría en una isla en medio del Atlántico, a 100 kilómetros de la costa africana". Todo parece a punto para el regreso.
 

Francesc Relea - Publicado em Babelia - El País 

publicado por ardotempo às 13:00 | Comentar | Adicionar

Metros de flores

 

 

 

Xilogravura monumental

 

Isolde Bosak - Flores - Xilogravura em chapas de madeira inteiras, em grande formato (Porto Alegre Rs Brasil), 2009

tags: ,
publicado por ardotempo às 12:27 | Comentar | Adicionar
Sexta-feira, 16.10.09

Ave, Flor - de Cleonice Bourscheid e Anelise Scherer

 

 

Amor-perfeito

 

 

Neste lugar imperfeito

Onde as pedras calam

E o ar é rarefeito

 

Nesta terra árida

Onde répteis rastejam

E o fruto é amargo

 

Nestes galhos secos

Onde as aves recolhem

Seus ninhos vazios

 

Aqui, bem-amado

Plantei um canteiro

De amor perfeito 

 

 

 

 

 

© Cleonice Bourscheid

© Anelise Scherer - Aquarela botânica / Amor-perfeito / Viola x cornuta

publicado por ardotempo às 23:23 | Comentar | Adicionar

Relendo Simenon

O homem do cachimbo
 
Isabel Coutinho - Ciberescritas
 
 
Quando, há 17 anos, Pierre Assouline escreveu a biografia sobre Georges Simenon (”Simenon”, colecção de livros de bolso Folio) ficou saturado. Já não podia ouvir falar mais do escritor belga que é autor de 400 romances, viveu em 33 casas e teve inúmeras mulheres. É que os três ou quatro anos que passou obcecado pelo criador do “commissaire Maigret” foram tão opressivos que nos anos seguintes Assouline nem conseguia abrir um romance de Simenon (1903- 1989).
 
O regresso à obra do belga foi progressivo e agora o ex-director da revista “Lire” voltou a ter prazer a ler os seus livros. Releu “Quand j’étais vieux” e achou que estas memórias têm páginas apaixonantes, um tom, uma violência e uma tensão de que só agora, mais velho, se apercebeu.
 
No ano em que se assinalam os 20 anos da morte deste escritor, o jornalista e escritor está a lançar em França “Autodictionnaire Simenon” (ed. Omnibus), dicionário de A a Z para se perceber o universo de Georges Simenon. Pode ser visto página a página (só até à 11, é um excerto…) no “site” Tout Simenon.
 
Quando estava a reler as provas deste livro Assouline percebeu que tinha redescoberto coisas de que se tinha esquecido, explica no vídeo que a editora fez para promover o livro e que está no “site” Tout Simenon onde também se podem ver as fotografias feitas pelo escritor belga, onde se podem ler testemunhos, ter acesso a uma lista de “links” para os lugares de Simenon na Internet.
 
Este projecto começou quando a editora Omnibus procurou um inédito para assinalar os vinte anos da morte de Simenon (4 de Setembro de 1989). Inéditos não havia e Pierre Assouline, que mantém no “site” do “Le Monde” o blogue La République des Livres, lembrou-se de um livro de homenagem com contribuições de pessoas que lhe deviam muito. A editora não aceitou o projecto, e o ponto de compromisso foi um dicionário que não fosse um dicionário clássico porque todas as entradas seriam retiradas do próprio Simenon, quer de coisas que ele tivesse escrito quer de coisas que tivesse dito. Só o ensaio- prefácio e a escolha dos termos são de Assouline.
 
Para concretizar a ideia, Assouline mergulhou nos 400 romances que Simenon escreveu (200 sob pseudónimo, obras de juventude, 70 livros com Maigret, etc). Para o fazer, contou à revista “Le Nouvel Observateur”, andou sempre com uma caneta USB (pendrive) e releu toda a obra no ecrã do computador. O facto de estar tudo em formato digital ajudou-o a fazer as buscas por palavra-chave. Mas isto foi só uma parte do trabalho. Tudo o que tinha a ver com decifração de cartas em fotocópias e de entrevistas áudio foi mais complicado.
 
Simenon, segundo Assouline, escrevia cinco livros por ano e emagrecia cinco quilos por livro (escrevia um livro em três meses). Quando falava não se calava durante horas. Quando enviava cartas eram às dezenas. Sofria de priapismo e quando o médico lhe deu três anos de vida deixou de beber e de fumar. Mas anos depois quando um outro médico lhe disse que o diagnóstico estava errado voltou a fumar. O seu cachimbo, é claro.
 
 
 

Isabel Coutinho - Publicado no Blog Ciberescritas
tags: , ,
publicado por ardotempo às 22:26 | Comentar | Adicionar
Quinta-feira, 15.10.09

caim, de josé saramago - 1º parágrafo

 

"Quando o senhor, também conhecido como deus, se apercebeu de que a adão e eva, perfeitos em tudo o que apresentavam à vista, não lhes saía uma palavra da boca nem emitiam ao menos um simples som primário que fosse, teve de ficar irritado consigo mesmo, uma vez que não havia mais ninguém no jardim do éden a quem pudesse responsabilizar pela gravíssima falta, quando os outros animais, produtos, todos eles, tal como os dois humanos, do faça-se divino, uns por meio de rugidos e mugidos, outros por roncos, chilreios, assobios e cacarejos, desfrutavam já de voz própria. Num acesso de ira, surpreendente em quem tudo poderia ter solucionado com outro rápido fiat, correu para o casal e, um após outro, sem contemplações, sem meias-medidas, enfiou-lhes a língua pela garganta abaixo. Dos escritos em que, ao longo dos tempos, vieram sendo consignados um pouco ao acaso os acontecimentos destas remotas épocas, quer de possível certificação canónica futura ou fruto de imaginações apócrifas e irremediavelmente heréticas, não se aclara a dúvida sobre que língua terá sido aquela, se o músculo flexível e húmido que se mexe e remexe na cavidade bucal e às vezes fora dela, ou a fala, também chamada idioma, de que o senhor lamentavelmente se havia esquecido e que ignoramos qual fosse, uma vez que dela não ficou o menor vestígio, nem ao menos um coração gravado na casca de uma árvore com uma legenda sentimental, qualquer coisa no género amo-te, eva. Como uma coisa, em princípio, não deveria ir sem a outra, é provável que um outro objectivo do violento empurrão dado pelo senhor às mudas línguas dos seus rebentos fosse pô-las em contacto com os mais profundos interiores do ser corporal, as chamadas incomodidades do ser, para que, no porvir, já com algum conhecimento de causa, pudessem falar da sua escura e labiríntica confusão a cuja janela, a boca, já começavam elas a assomar. Tudo pode ser. Evidentemente, por um escrúpulo de bom artífice que só lhe ficava bem, além de compensar com a devida humildade a anterior negligência, o senhor quis comprovar que o seu erro havia sido corrigido, e assim perguntou a adão, Tu, como te chamas, e o homem respondeu, Sou adão, teu primogénito, senhor. Depois, o criador virou-se para a mulher, E tu, como te chamas tu, Sou eva, senhor, a primeira dama, respondeu ela desnecessariamente, uma vez que não havia outra. Deu-se o senhor por satisfeito, despediu-se com um paternal Até logo, e foi à sua vida. Então, pela primeira vez, adão disse para eva, Vamos para a cama."

 

[in Caim, Caminho, 2009]

 

Publicado por José Mário Silva - BlogBibliotecário de Babel

tags: ,
publicado por ardotempo às 21:40 | Comentar | Adicionar

O anarco-criador

Morrer como Corbière
 
Emmanuel Tugny
 
 
Romance
 
Jim Morrison não conheceu Tristan Corbière, que pena! O leitor brasileiro conhecerá o maldito da poesia que se perdeu ainda tão jovem através do texto de Emmanuel Tugny.
 
Morrer como Corbière nasceu sob o signo da poesia maldita, como diria Octavio Paz sobre os poetas malditos, “são frutos de uma sociedade que expulsa aquilo que não pode assimilar”. A vida tem em comum ao Morrison e a Corbière, talvez uma morte prematura. Corbière impressiona Tugny não por seu único livro, Os amores amarelos, mas pelo encanto da vida na literatura.
 
A obra única do Corbière teve a tradução no Brasil no final dos anos 90 do século passado. Não é fácil encontrar escritores assim por esse país, Corbière, Tugny, este que vem do seu criador, um anarco-criador, no texto e na música que faz sua obra sob a égide da linguagem, dos nomes, das formas, da cores em notas e que ainda escreve à mão pelos dedos de Emmanuel Tugny. Nada melhor do que o Tugny homenagear a vida deste outro poeta que veio ao conhecimento do público através de Verlaine, em 1884, com Les Poètes maudits.
 
Morrer como Corbière é um romance que fragmenta a vida do escritor nas partes que compõem o texto, a forma vem como um barco que traz o alimento com a linguagem em direção as areias. O leitor se sentirá nesse barco, esse marinheiro ao encontro da terra. E nada melhor que conhecer o texto de Emmanuel Tugny nesse sonho de Tristan Corbière em Morlaix.
 
Emmanuel Tugny nasceu em Rennes, 1968. Foi professor, diplomata na Itália e atualmente está trabalhando no Brasil como adido cultural em Porto Alegre. Publicou seus primeiros livros nos anos 80. Desde então, tem mais de 20 livros editados – romances, ensaios e poemas. Ganhou o prêmio do Museu de Arte Moderna de Paris em 1995, do CNL em 1997, e o Prix de Flore B da blogosfera em 2007. 
 
Capa: Letícia Lampert
Tradução: Luciano Loprete
ISBN: 978-85-205-0534-2
Editora Sulina/Sul Editores
tags:
publicado por ardotempo às 21:24 | Comentar | Adicionar
Quarta-feira, 14.10.09

Água

Mostra de fotografia em Paris - Gilberto Perin / Novembro 2009

 

 

 

 

Gilberto Perin - Água - Série Fuerza Bruta / New York - Fotografia (New York Estados Unidos), 2008

publicado por ardotempo às 12:34 | Comentar | Adicionar
Terça-feira, 13.10.09

Tropical

Parque do Ibirapuera, São Paulo 

 

 


 

Mário Castello - Ibirapuera - Fotografia (São Paulo SP Brasil), 2009

publicado por ardotempo às 11:10 | Comentar | Adicionar
Segunda-feira, 12.10.09

Nuit Blanche, em Paris

 Paris, 2009

 

 

 

 

 

Fotografias de Eric Tenin - Publicadas no blog Paris Daily Photo (Paris França), 2009

publicado por ardotempo às 23:37 | Comentar | Adicionar

Editor: ardotempo / AA

Pesquisar

 

Outubro 2009

D
S
T
Q
Q
S
S
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
21
23
26

Posts recentes

Arquivos

tags

Links