Quinta-feira, 30.04.09

Ver-uma-tela

¿Sólo veis un cuadro? 
 
Enrique Vila-Matas
 
Me encontraba extasiado, un día,  contemplando en un museo Autour du Lac Noir  (Alrededor del lago negro),  un lienzo del pintor mallorquín  Miquel Barceló, cuando de pronto alguien me habló de un antiguo anuncio de la casa Ford de automóviles que decía así: “Usted puede escoger el color que quiera, siempre que sea el negro”. 
 
El caso es que hasta aquel momento yo, sabedor de que uno puede ver lo que quiera en una pintura, había estado viendo en Autour du Lac Noir un plateado paisaje lunar, y  seguí viéndolo después de oír aquello, pero no pude evitar ya comenzar a asociarlo con la Ford Motor Company, en una de cuyas sucursales yo trabajo. Y es más, la segunda vez que vi el cuadro, unos dos años después, reencontrarme con aquel lienzo me llevó a imaginar que viajaba hacia un paisaje  plateado. Pero eso sí, con cuatro ruedas. Directo a la luna en un Ford descapotable
 
Reencontré el lienzo, unos meses después, en el lugar menos pensado, en un libro que había en el desván de una  estancia de la Patagonia argentina. Fue algo raro encontrarme con aquella reproducción y  rara también fue la conversación que aquella misma noche sostuve con unos extraños alrededor de un fogón, en la planta baja de la estancia. Los llamo “extraños”, porque a ellos parecía gustarles que  les viera así, parecían muy estimulados ante la posibilidad de convertirse en ese tipo de  personas que, desinhibidas  una vez al año,  conversan en corro y juegan a ser otros, junto a un fuego, en una tierra lejana de todo. 
 
Podría hablar de una experiencia de extrañeza en el fin del mundo. Pero en realidad  eran –como yo- unos simples clientes de aquella vieja estancia convertida en un confortable albergue de verano, a pocos kilómetros del lago Roca.  En cualquier caso, nunca había escuchado  a gente que supiera tanto de lagos. Al calor del mate, les quise hablar de la luna, pero el tema resultó ser poca cosa  comparada con su sabiduría sobre lagos del mundo. Y es que si la luna se agotó pronto,  los lagos se revelaron tan infinitos como las noches eternas en las que reina mi pobre luna. Me hablaron del Caspio y del Hurón, del Michigan y del Tanganica, del Malawi y del Baikal. Y acabaron contándome que el lago al que se refería Autour du Lac Noir  estaba en  los Alpes suizos. Por lo visto, Barceló había pintado glaciares allí, y su sistema de trabajar había consistido en derramar grandes cantidades de pintura y dejar que ésta misma, al concentrarse en determinados lugares, diera forma al paisaje, los ríos y los lagos que pueden verse en todos su cuadros surgidos en los Alpes. “Por lo cual”, me dijeron, “también puede ser que ese lienzo de tu admirado Barceló no se refiera a ningún lago negro en concreto, sino al que inventó por sí sola la pintura derramada”.
 
Mi admirado Barceló. Mi vida es gris y plomiza en mi despacho de la compañía de coches  y  hoy en día sobrevivo en la oficina dirigiendo fugaces miradas al cuadro del lago negro que allí tengo enmarcado. Me gusta de Barceló que, a diferencia de tantos artistas gárrulos,  posea la afición de la lectura y sepa encauzarla hacia su trabajo. Y que tenga el mal de la pintura  y se alimente de ella  para crear. Me fascinan, por ejemplo, esas sopas pintadas, que son una metáfora del arte y de la pintura como  materia nutritiva. Me gusta que le guste encarnar a la pintura. 
 
Fuimos aquella misma noche, precisamente en un Ford descapotable, a ver cómo desaparecía la luna en el lago Roca. Y a orillas de ese lago, me contaron mis ocasionales amigos que diez mil años antes, hacia el final de la última glaciación, el Mar Negro no era un mar, sino un gigantesco lago, el Lago Negro. Y me acuerdo del momento en que en silencio  me pregunté si no sería  que el negro Ford,  la luna y el lago negro constituían la trinidad  casual del equilibrio secreto del mundo. Negro, blanco, negro. Todas estas cosas se piensan en silencio, claro. De la muerte parecían tener los tres componentes de esa eterna  trinidad  el ser, sin perder la vida. Y parecían congeniar con estos versos de Octavio Paz: “Blanco el palacio, / blanco en el lago negro”.
 
Me dije que en realidad a veces los contrarios no se anulan, sino que  se suscitan sin sucederse. Y que  esto explicaría la  triangular armonía del equilibrio oculto de aquel casual universo. Y observé, por lo demás,  que se había hecho allí un ancho presente. Perfección absoluta del instante. Unos días después,  regresamos todos a nuestras  oficinas y esclavitudes respectivas, y yo colgué una reproducción de Autour du Lac Noir  en la pared blanca de mi ennegrecido  despacho. “Lo miras mucho al lienzo”, me dicen los compañeros de trabajo. Y me preguntan qué veo en él. “Los mármoles que brotan, la blancura a la deriva y  la geometría sedante de la luna del lago negro de la Ford Motor Company”, quisiera decirles. No saben que de todo me salva el cuadro. Me miran y yo, al mirarles a ellos, observo que cualquier órbita de sus ojos puede ser, en la oficina, un punto abierto, que no se cierra sobre sí mismo ni sobre nada;  no se cierra, y más bien al contrario, se revela como un lugar directo, propenso a ver el panorama alrededor del lago. Ellos, a veces, vienen y se burlan. No saben que se refleja el lago también en sus ojos. Entran sin llamar y dicen despreocupadamente, riéndose por dentro: “Nada, que hemos venido a ver el cuadrito”.
 
¿El cuadrito? ¿Sólo veis un cuadro? –les pregunto.
 
Entonces miran al lago y, sin que se den cuenta, multiplican la imagen de forma alucinante. Se encharcan tanto sus ojos que siempre parece que vayan a llorar. Cualquier día de éstos, puedo hacer que caigan de rodillas sobre la alfombra de mi despacho, llorando por ellos mismos, anegados de lágrimas del lago.
 
 
 
Enrique Vila-Matas - Publicado no blog Enrique Vila-Matas
Pintura de Miquel Barceló
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Quarta-feira, 29.04.09

Apenas Pintura - Exposição

 
 
CONVITE
 
O Centro Cultural CEEE Erico Verissimo convida para a abertura 
da exposição de pintura contemporânea
 
 
 
 
APENAS PINTURA
ALFREDO AQUINO
PINTURAS
 
Dia 02 de junho de 2009 (terça-feira)
Abertura da mostra - a partir das 19h até 22h
 
Centro Cultural CEEE Erico Verissimo
Sala O Arquipélago - 1º andar
Rua dos Andradas, 1223 - Centro - Porto Alegre RS
 
Exposição de 02 de junho a 1º de julho de 2009 
 
Visitação de 03 de junho a 1º de julho, 
de terças a sextas, das 10h às 19h
Sábados das 11h às 18h
 
 

 

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Fantasma

Fotografia

 

 

Itaci Batista - Depois da reforma, ficou bom - Fotografia (São Paulo SP Brasil), 2009 

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Mil torres e uma torre

Fotografia

 


 

Gilberto Perin - A torre e as torres - Fotografia (Paris - França) , 2008

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Terça-feira, 28.04.09

Apenas uma pintura

Passo a passo de uma pintura

 

Primeiro fez-se um desenho em tinta china e aguadas a pincel japonês de ideogramas sobre papel de gravura. Posteriormente utilizou-se a pena caligráfica e, em determinados instantes, os dedos para estruturar a mancha nervosa e arriscada do desenho. A figura, realizada em rápidos gestos transversais, de poucos segundos de duração, estava finalmente pronta, num desenho de fatura veloz.
 
 
Este desenho serviu de base a uma pintura que, por sua arquitetura particular, será diferente e estrutrurada cumulativamente em tempo muito mais extenso que o exigido pelo desenho. Linguagens, técnicas, materiais e tempo são específicos à pintura e ao desenho. A tinta a óleo exige um período mais longo de tempo físico para sua secagem e assim vários dias serão necessários para o desenvolvimento pleno da pintura, como foi originalmente pensada. A pintura é sempre fruto de uma reflexão, apurada pelas condições do material.
 
Melhor que seja assim, o óleo que se faz perene e estável, propõe esse tempo de observação e de reflexão. Será importante, no entanto, conservar o frescor do gesto ágil e espontâneo presentes naquela primeira obra do esboço. Entrava agora em cena uma nova protagonista, a cor da pintura - valor artístico fundamental para a linguagem pictórica, especialmente as cores que, ocultas, estruturarão o fundo da tela e que estão ali presentes, mesmo que aparentemente não sejam percebidas imediatamente.
 
 
Num primeiro momento ao olhar o resultado da tela pronta, não se vêem as cores da base, mas são essas as camadas que compõem a cor final - a cor que não quase podemos definir com tanta precisão qual seja na realidade, em razão de seus muitos matizes.
 
Constróem o fundo e fazem a alma invisível da tela. Serão seis, sete ou mais camadas totais, de tintas e pigmentos superpostos na tela, mesmo que a aparência final denote apenas uma tela em negro. Mas não é apenas isso, será uma cor bastante trabalhada. Ali estão vários tons de azuis de intensidades diferentes, brancos, violetas e grises, antes das diferentes colorações em texturas finais de negro. Este passo a passo revela essas camadas escondidas e recobertas por outras camadas, que se fazem  mais aparentes pela superposição do acabamento. Todos os matizes estão lá e podem ser redescobertos por observação mais detida.
 
 
Como se pode ver uma tela assim? O que isso significa de fato, a mesmo tempo e valor que seu andaime e esqueleto de cores? A pintura, na verdade é essa arte em progresso, é esse momento em que se realiza, em mutação dinâmica durante algum tempo e que ali está carregada de significados, de segredos, de alternativas, de alterações de percurso, de acidentes e correções. A pintura é um pequeno simulacro da vida, com um objetivo definido a ser alcançado. E intensa no provisório de sua realização, como a riqueza da vida constitui-se desse mesmo modo, na verdade. O resultado é apenas o final, pintura pronta e acabada. É o tempo crucial da realização da cirurgia e quando vemos o resultado algum tempo depois, constatamos que o paciente foi salvo.
 
Nessa pintura utilizou-se uma tela de 100 cm x 130 cm, em lona de algodão estendida e fixada em bastidor de madeira retangular com cravelhas em cunha, mais uma estrutura simples de apoio horizontal sobre uma parede, como poderia ter sido um cavalete tradicional, uma mesa ampla ou a própria superfície do chão. Isso não é nada importante, apenas apontam ser o suporte e sua base de apoio para pintar. Foram utilizados para pintar pincéis, papéis, tecidos, as mãos e os dedos para a aplicação da tinta a óleo.
 
Apenas uma pintura.
 
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Segunda-feira, 27.04.09

Pensando em todos, para que todos entendam

Juan Marsé, contra la literatura "del ombligo"
 
El escritor catalán apela a la "memoria compartida" y se declara "narrador y no intelectual" al recoger el Premio Cervantes.
     
Emocionado, con la voz temblorosa al principio, firme después, el flamante Premio Cervantes de Literatura 2008, Juan Marsé, ha desgranado en el paraninfo de la Universidad de Alcalá un discurso comprometido con la literatura que cuenta "buenas historias". En presencia de los Reyes de España, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde y otras autoridades políticas, culturales y académicas, Marsé ha arremetido contra la literatura "del ombligo"(la llamada metaliteratura): "Me deja frío". El novelista ha defendido el valor de la memoria compartida "que fue durante años sojuzgada, esquilmada y manipulada", así como su identidad de catalán que escribe en castellano. Ha afirmado que los pensamientos y las ideas "deberían merecer más atención y consideración que la lengua en que se expresan".
 
"Soy un catalán que escribe en lengua castellana. Yo nunca vi en ello nada anormal. Y aunque creo que la inmensa mayoría comparte mi opinión, hay sin embargo quién piensa que se trata de una anomalía, un desacuerdo entre lo que soy y represento, y lo que debería haber sido y haber quizá representado. Dicho sea de paso, desacuerdos entre lo que soy y lo que podría haber sido en esta vida, como escritor y como simple individuo, tengo para dar y tomar, o, como decimos en Cataluña, per donar i per vendre".
 
Sobre la coexistencia de las identidades castellana y catalana, Marsé ha afirmado: "La dualidad cultural y lingüística de Cataluña la he vivido desde que tengo uso de razón. Nos enriquece". El escritor ha abogado por "el realismo" para asumir el hecho consumado de esa doble esencia catalana y castellana, aunque - ha matizado - no desea instalarse "en la identidad cultural para dar lecciones a nadie". Y citando al cineasta estadounidense Woody Allen, ha dicho: "El realismo es el único lugar donde puedes adquirir un buen bistec".
 
El autor de Últimas tardes con Teresa ha señalado que cuando comenzó a publicar en la editorial Seix Barral se crearon unas expectativas ("ideológicas, no literarias") sobre lo que su obra iba a representar. Esas expectativas, piensa, no se han cumplido: "Nunca he querido representar a nadie, más que a mí mismo".
 
"Yo podía quizás haber sido, lo digo sin un ápice de sarcasmo, el escritor obrero que al parecer faltaba en el prestigioso catálogo de la editorial. Halagadora posibilidad que a su debido tiempo, la fábula de un joven charnego del Monte Carmelo, desarraigado y sin trabajo, soñador y sin medios de fortuna, pero también sin conciencia de clase, se encargaría de desbaratar".
 
La firmeza ha vuelto a la voz de Marsé para hablar de la memoria, en clara alusión a la Guerra Civil y a la dictadura franquista. "Hay una memoria compartida, que no debería arrogarse nadie, una memoria que fue durante años sojuzgada, esquilmada y manipulada. El lenguaje oficial había suplantado al lenguaje real. En la calle y en los papeles las palabras vivían bajo sospecha, muchas cosas parecían no tener nombre, porque nadie jamás se atrevía a nombrarlas, otras se habían vuelto decididamente equívocas y apenas podía uno reconocerlas".
 
En cuanto a la tarea del novelista, Marsé ha elaborado en dos plumazos su teoría literaria: "No me considero un intelectual, solamente un narrador. Los planteamientos peliagudos, la teoría asomando su hocico impertinente en medio de la fabulación, el relato mirándose el ombligo, la llamada metaliteratura, en fin, son vías abiertas a un tipo de especulación que me deja frío y me inhibe; bastante trabajo me da mantener en pie a los personajes, hacerlos creíbles, cercanos y veraces. Con respecto al trabajo mantengo algunos principios, pocos, que bien podrían resumirse en dos: procura tener una buna historia que contar, y procura contarla bien, es decir, esmerándote en el lenguaje; porque será el buen uso de la lengua, no solamente la singularidad, la bondad o la oportunidad del tema, lo que va a preservar la obra del moho del tiempo".
 
Con especial cariño se ha referido a la novela de novelas, al Quijote: "Es el guardián del laberinto, el valedor de lo más noble, bello y justo que alienta en el corazón humano, el que vela por el espíritu, la vigencia y el esplendor de los sueños".
 
Con un punto de indignación, Marsé se ha denunciado la omnipresencia de los medios de comunicación: "Se siente uno tan asediado las 24 horas del día por una información tan apremiante, insidiosa y reiterativa, que casi no hay tiempo para la reflexión". En especial ha criticado el papel de la televisión: "La televisión debería contribuir a reconocer y asumir la variedad lingüística del país, y es de suponer que en cierta medida lo hace, pero no parece que nadie se pare a pensar en los contenidos de esa televisión ni en su nefasta influencia cultural y educativa. A riesgo de equivocarme, soy del parecer que más de la mitad de lo que hoy entendemos por cultura popular proviene y se nutre de lo que no merece ser visto ni oído en la televisión. En la lengua que sea."
 
Publicado em EL PAÍS
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Domingo, 26.04.09

Arte fina

Fotografia

 

 

 

Mauro Holanda - Fotografia - Tomates (São Paulo SP Brasil)

publicado por ardotempo às 23:23 | Comentar | Ler Comentários (1) | Adicionar

A dor não-imaginária e permanente

A sociedade sem traumas
 
Ferreira Gullar
 
Minha crônica "Uma lei errada", publicada anteriormente aqui (no UOL / Folha de S. Paulo), deu oportunidade a que muitos leitores, ora concordando, ora discordando, manifestassem sua opinião sobre o tema da internação psiquiátrica. Quem leu essas cartas percebeu certamente que a maioria dos que comigo concordam são pessoas que têm experimentado na carne as consequências de uma lei que, embora bem intencionada, em vez de ajudá-las, agrava-lhes o sofrimento.
 
Dentre as cartas dos leitores, algumas assinalaram a qualidade do atendimento médico nos serviços comunitários de saúde mental, fato que registro com prazer. Minha crítica à lei 10.216/2001, que estabeleceu a nova política psiquiátrica, limitou-se a seu objetivo fundamental, que resulta em condenar e inviabilizar a internação dos pacientes.
 
Tampouco acredito que a internação por si só resolva os problemas, mas é inegável que, em casos de surto psicótico agudo, essa providência é imprescindível. Ninguém, em sã consciência, acredita que, nesse estado, o paciente possa ser atendido no hospital-dia. Não é difícil prever o que ocorre, em tais circunstâncias, quando a família do paciente não consegue interná-lo. Manter em casa uma pessoa em estado delirante é praticamente impossível. Por isso, as famílias que têm recursos recorrem às caríssimas clínicas particulares. E as que não têm?
 
Não obstante, a nova psiquiatria intitula-se "psiquiatria democrática". Por acaso, alguém ouviu falar em cardiologia democrática ou urologia democrática? Por que, então, essa adjetivação ideológica dada à psiquiatria? É que, com isso, se pretende afirmar que o procedimento médico que admite internação é antidemocrático e, para acentuar isso, os defensores dessa tese dizem integrar um tal "movimento antimanicomial", ou seja, contra o manicômio, que não existe há muitas décadas já. Mas é preciso satanizar o hospital psiquiátrico - que existe - para mais facilmente extingui-lo.
 
Cabe, no entanto, indagar por que esse horror à hospitalização do doente mental, quando isso sucede naturalmente com qualquer outro tipo de enfermo, se se faz necessário. A quem ocorreria chamar de antidemocrática a internação de um paciente que contraiu malária ou pneumonia? Se a doença, porém, for esquizofrenia, a coisa muda de figura: para a "psiquiatria democrática", interná-lo é atentar contra a sua liberdade. É que, na verdade, para os antimanicomiais, a esquizofrenia não é uma doença, como o é, por exemplo, a tuberculose ou a diabetes. Para eles, trata-se apenas de um "transtorno" psicológico, cujas causas estão fora do indivíduo: estão na família e na sociedade. Família e sociedade que, para ocultar sua culpa, o internam.
 
Tanto é assim que a referida lei estabelece o prazo de 72 horas para que a internação seja comunicada ao Ministério Público pela direção do hospital, bem como sua alta. É como se o paciente tivesse sido detido pela polícia. Alguém pensaria em adotar tais providências, ao internar uma pessoa num hospital por outra qualquer doença? Em outro artigo, essa mesma lei exige que "a internação, em qualquer de suas modalidades, só será indicada, quando os recursos extra-hospitalares se mostrarem insuficientes". Sim, porque os familiares do doente mental, como afirmou o autor dessa lei, só pensam em se livrar dele.
 
Enfim, a tese é essa: o que se chama de doença mental não passa de "transtornos", que serão superados na medida em que ao paciente seja dado conviver com pessoas que o tratem como igual e respeitem sua individualidade. A lei não fala em doença mental. Superados os traumas do desajuste que lhe foi imposto pela família e pela sociedade, será reintegrado na vida normal. Mas em qual família e em qual sociedade? Aí está o problema, já que o tratamento teria que se estender à família e à sociedade. Como se vê, por teimarem em ignorar as verdadeiras causas da doença mental, os antimanicomiais defrontam-se com uma tarefa descomunal: criar a sociedade sem traumas!
 
Não tenho nada contra, mas sou obrigado a admitir que demorará muito e talvez nem seja possível. Enquanto isso, o que faremos com os doentes em estado delirante que, se internados, seriam tratados e protegidos? Hoje, as clínicas psiquiátricas particulares são lugares tranquilos, onde o paciente, ao mesmo tempo que se trata, dispõe de vários tipos de lazer e ocupação terapêutica. Certo seria que o Estado brasileiro oferecesse o mesmo aos doentes sem recursos e sem atendimento hospitalar.
 
 
Ferreira Gullar - Publicado na Folha de São Paulo / UOL
Obra de Arthur Bispo do Rosário - O Manto da Apresentação
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O poder muda (mas não muda)?

Gordos e magros
 
Luis Fernando Verissimo
 
O filme Spartacus, sobre a revolta de escravos que ameaçou o império romano, foi dirigido por Stanley Kubrick, mas o projeto não era dele. Kubrick foi chamado quando as filmagens já tinham começado, sob direção do Anthony Mann, que desistiu. Assim, embora não o envergonhasse, Spartacus não era um filme kubrickiano. Cabem a Howard Fast, autor do livro em que se baseou o roteiro, e a "Sam Jackson", autor do roteiro, as palmas pelo maior mérito de Spartacus, que é o de ser um dos melhores filmes políticos de todos os tempos. "Sam Jackson" era o pseudônimo de Dalton Trumbo, uma das vítimas do macartismo que não podia trabalhar sob o seu próprio nome. Além de ser uma epopéia libertária, o Spartacus de Fast e Trumbo é também uma sutil reflexão sobre o poder na Roma antiga, e o poder desde então.
 
As duas forças em confronto no coração do império são representadas no filme pelo aristocrata Crassius, ou Lawrence Olivier, e o populista Gracchus, Charles Laughton, que só têm em comum o fato de serem membros do mesmo patriciado. É a gente como Gracchus e Crassius que o Julio César do Shakespeare se refere quando diz que prefere estar rodeado por homens gordos que dormem bem a magros que pensam demais. O Crassius de Lawrence Olivier é a personificação da auto-proclamada virtude cívica da sua casta, destinada desde o berço a impedir que sua Roma idealizada seja conspurcada pela ralé. Para Crassius, a maior ameaça da revolta dos escravos é o seu exemplo. Se a idéia de insubordinação for contagiosa, nada salva o poder da sua classe. Crassius também é a personificação dos magros dissimulados temidos pelo Julio César de Shakespeare. Já na barriga e na cara do Charles Laughton está toda a decadência de Roma, mas sua corrupção o humaniza e sua oposição a tudo que Crassius representa o enobrece. No fim, é a ajuda do devasso Gracchus que salva a mulher e o filho de Spartacus da morte. Gracchus se suicida, Crassius vence o confronto e sua classe mantém o poder. E Spartacus é crucificado, mas o exemplo não morre com ele.
 
 
Através da história os magros e os gordos têm se enfrentado com diferentes disfarces, Gracchus e Crassius com outras caras. Os "magros" nem sempre são magros e os "gordos" nem sempre são gordos, mas as oposições se repetem. Autoritarismo contra transigência, moralismo contra deixa-pra-láismo e a questão antiga como Roma: a corrupção pode ser um mal menor, comparada com as más intenções que a virtude muitas vezes esconde?
 
© Luis Fernando Verissimo
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Sexta-feira, 24.04.09

Um poema, por José Saramago

Ergo uma rosa

 

 

 

 

Veja o vídeo em que José Saramago diz seu poema Ergo uma rosa, conjuntamente à interpretação em dança de Maria Pagés - desde Lanzarote, Espanha - 2009

 

José Saramago - Publicado no blog O Caderno de Saramago

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Itaci Batista - Menino General

Fotografia

 

 


 

 

Itaci Batista - Menino General - Fotografia (São Paulo SP Brasil), 2009

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Faíscas

Instalação: Gakona

 

 

 

 

Roman Signer, Guarda-chuvas - Instalação com dois guarda-chuvas, fio de nylon, bobinas. Arte coletiva: Assistência, concepção e produção - Jürg Nänni. Instalação das bobinas: Finn Hammer  (Gakona, 2009, Palais de Tokyo - Paris, França), 2009

 

 

publicado por ardotempo às 12:38 | Comentar | Adicionar

Memória do Padúl - Homem e pedras

Desenho 

 

 

 

Geri Garcia - Homem e pedras (Série Memória do Padúl , 1935) - Desenho em tinta china sobre papel (Granada / Padúl - Espanha), 1953

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Quinta-feira, 23.04.09

Pedalando a bicicleta

Ela e suas alternativas
 
Luis Fernando Verissimo
 
Prometo não citar de novo aquela frase do Churchill segundo a qual a democracia é o pior regime político que existe com exceção de todos os outros, mas talvez seja bom, neste momento em que nosso Congresso tanto se empenha em desmoralizá-la, pensar um pouco nas alternativas à nossa democracia representativa. Já se falou que o Senado deveria ser extinto, lamenta-se o custo para a nação da farra do legislativo, não passa dia sem que apareça outro escândalo dos nossos eleitos, e caminhamos para um paradoxo: enquanto as ditaduras fecham parlamentos para livrarem-se da democracia, nós podemos acabar liquidando-a para proteger seu bom nome. Um pouco como pais antigos que preferiam ver a filha morta a vê-la desonrada.
 
Quais seriam as alternativas a uma democracia sem políticos venais? Conhecemos algumas. Um governo militar, forte, honesto - ou desonesto, não faria diferença, pois sua venalidade nunca seria exposta. Uma volta ao ideal ciceroniano de um governo de notáveis, com a probidade e a competência asseguradas pelo berço e isentos da aprovação da plebe? Bom, mas difícil de organizar, assim, em tão pouco tempo, ainda mais com as elites que temos. Na Roma do Cícero não tinha escuta telefônica, o que tornava mais fácil presumir a honorabilidade dos notáveis só por serem notáveis.Ou quem sabe a gente esquece tudo isto e parte para a solução mais à mão e potencialmente mais divertida: Lula imperador? Assim, em vez de nos preocuparmos com os desmandos de 400, nos preocuparíamos com um só.
 
Alguém já disse que exercer a democracia é como andar de bicicleta: se você pára, fatalmente cai, para a esquerda ou para a direita. A solução, tanto para ciclistas quanto para democratas convictos, é continuar pedalando. Que este é um dos piores congressos da nossa história ninguém discute. Que confiar na sua auto-regeneração é levar a fé na humanidade um pouco longe demais também é indiscutível. Mas não desesperemos - e pedalemos. O aperfeiçoamento de uma democracia requer prática e tempo, e a função deste Congresso pode muito bem ser a de educar a nação: pior do que este não pode ser, mandem um melhorzinho da próxima vez. E da próxima, e da próxima.
 
Não ajuda muito generalizar e demonizar toda uma classe política, esquecendo dos Simons e similares que honram seus mandatos, nem o tom extremo de certo denuncismo. O mais importante é preservar a democracia do seu mau uso.
 
A não ser, claro, que você prefira uma das alternativas.
 
 
© Luis Fernando Verissimo
Fotografia de Leopoldo Plentz
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Fotografia de Gilberto Perin

Geodésica

 

 

 

 

Gilberto Perin - Geodésica - Fotografia (Montreal - Canadá), 2008

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Pequenas gentilezas fazem bem

Agradecimento ao José Simões pela lembrança e indicação do Blog ARdoTEmpo.
Não posso renomear o blog ao mesmo prêmio, evidentemente, mas é um prêmio consistente a todos passar pelo seu blog diariamente e assistir ali a sua esgrima em florete olímpico. Vale a pena o Der Terrorist - está apontado na lista dos blogs preferidos aqui ao lado e logo abaixo:
 
 
 
As regras:
 
Reencaminhar este prémio a 10 blogs
Exibir a imagem do prémio
Postar o link do blog que o premiou
Indicar 10 blogs a fazer parte do "este blog é tão bom que até arrepia"
Avisar os indicados
Publicar as regras
 
Os indicados do ARdoTEmpo:
 
 
Longa vida aos blogs e o tônico de entusiasmo diário aos blogueiros.
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Memória fundida nas memórias

Da impossibilidade deste retrato
 
José Saramago
 
Este texto foi prólogo do catálogo de uma exposição de retratos de Fernando Pessoa na Fundação Calouste Gulbenkian no princípio dos anos 80, creio que em 85. Por me parecer que não viria fazer má figura neste blogue, aqui o trago.
 
Que retrato de si mesmo pintaria Fernando Pessoa se, em vez de poeta, tivesse sido pintor, e de retratos? Colocado de frente para o espelho, ou de meio perfil, obliquando o olhar a três quartos, como quem, de si mesmo escondido, se espreita, que rosto escolheria e por quanto tempo? O seu, diferente segundo as idades, assemelhando a cada uma das fotografias que dele conhecemos, ou também o das imagens não fixadas, sucessivas entre o nascimento e a morte, todas as tardes, noites e manhãs, começando no Largo de S. Carlos e acabando no Hospital de S. Luís? O de um Álvaro de Campos, engenheiro naval formado em Glasgow? O de Alberto Caeiro, sem profissão nem educação, morto de tuberculose na flor da idade?
 
 
 
 
O de Ricardo Reis, médico expatriado de quem se perdeu o rasto, apesar de algumas notícias recentes obviamente apócrifas? O de Bernardo Soares, ajudante de guarda-livros na baixa lisboeta? Ou um outro qualquer, o Guedes, o Mora, aqueles tantas vezes invocados, inúmeros, certos, prováveis e possíveis? Representar-se-ia de chapéu na cabeça? De perna traçada? De cigarro apertado entre os dedos? De óculos? De gabardina vestida ou sobre os ombros? Usaria um disfarce, por exemplo, apagando o bigode e descobrindo a pele subjacente, de súbito nua, de súbito fria? Cercar-se-ia de símbolos, de cifras da cabala, de signos horoscópicos, de gaivotas no Tejo, de cais de pedra, de corvos traduzidos do inglês, de cavalos azuis e jockeys amarelos, de premonitórios túmulos? Ou, ao contrário destas eloquências, ficaria sentado diante do cavalete, da tela branca, incapaz de levantar um braço para atacá-la ou dela se defender, à espera de um outro pintor que ali fosse tentar o impossível retrato? De quem? De qual?
 
 
De uma pessoa que se chamou Fernando Pessoa começa a ter justificação o que de Camões já se sabe. Dez mil figurações, desenhadas, pintadas, modeladas, esculpidas, acabaram por tornar invisível Luís Vaz, o que dele ainda permanece é o que sobra: uma pálpebra caída, uma barba, uma coroa de louros. É fácil de ver que Fernando Pessoa também vai a caminho da invisibilidade, e, tendo em conta a ocorrente multiplicação das suas imagens, provocada por apetites sobreexcitados de representação e facilitadas por um domínio generalizado das técnicas, o homem dos heterónimos, já voluntariamente confundido nas criaturas que produziu, entrará no negro absoluto em muito menos tempo que o outro de uma cara só, mas de vozes também não poucas.
 
Acaso será esse, quem sabe, o perfeito destino dos poetas, perderem a substância de um contorno, de um olhar gasto, de um vinco na pele, e dissolverem-se no espaço, no tempo, sumidos entre as linhas do que conseguiram escrever, se do rosto sem feições nem limites ainda alguma coisa vem intrometer-se, está garantido o dia em que mesmo esse pouco será definitivamente lançado fora. O poeta não será mais que memória fundida nas memórias, para que um adolescente possa dizer-nos que tem em si todos os sonhos do mundo, como se ter sonhos e declará-lo fosse primeira invenção sua. Há razões para pensar que a língua é, toda ela, obra de poesia.
 

 
 
Entretanto, o pintor vai pintando o retrato de Fernando Pessoa. Está no princípio, não se sabe ainda que rosto escolheu, o que se pode ver é uma levíssima pincelada de verde, se calhar vai sair daqui um cão dessa cor para pôr em conjunção com um jockey amarelo e um cavalo azul, salvo se o verde for apenas o resultado físico e químico de estar o jockey em cima do cavalo, como é sua profissão e gosto. Mas a grande dúvida do pintor não tem que ver com as cores que há-de empregar, essa dificuldade resolveram-na os impressionistas de uma vez para sempre, só os homens antigos, os de antes, não sabiam que em cada cor as cores estão todas: a grande dúvida do pintor é se há-de ter uma atitude reverente ou irreverente, se pintará esta virgem como S. Lucas pintou a outra, de joelhos, ou se tratará este homem como um triste coitado que realmente foi ridículo a todas as criadas de hotel e escreveu cartas de amor ridículas, e se, assim autorizado pelo próprio, poderá rir-se dele pintando-o.
 
 A pincelada verde, por enquanto, é somente a perna do jockey amarelo posta do lado de cá do cavalo azul. Enquanto o maestro não sacudir a batuta, a música não romperá lânguida e triste, nem o homem da loja começará a sorrir entre as memórias da infância do pintor. Há uma espécie de ambiguidade inocente nesta perna verde, capaz de se transformar em verde cão. O pintor deixa-se conduzir pela associação de ideias, para ele, perna e cão tornaram-se em meros heterónimos de verde: coisas bem mais inacreditáveis do que esta têm sido possíveis, não há que admirar. Ninguém sabe o que se passa na cabeça do pintor enquanto pinta. O retrato está feito, vai juntar-se às dez mil representações que o precederam.
 
 
É uma genuflexão devota, é uma risada de troça, tanto faz, cada uma destas cores, cada um destes traços, sobrepondo-se uns aos outros, aproximam o momento da invisibilidade, aquele negro absoluto que não reflectirá nenhuma luz, sequer a luz fulgurante do sol, que faria então à breve cintilação de um olhar, em frente a apagar-se tão cedo. Entre a reverência e a irreverência, num ponto indeterminável, estará, talvez, o homem que Fernando Pessoa foi. Talvez, porque também isso não é certo. Albert Camus não pensou duas vezes quando escreveu: “Se alguém quiser que o reconheçam, basta que diga quem é”. No geral dos casos, o mais longe a que chega quem a tal aventura ouse propor-se é dizer que nome lhe puseram no registo civil.
 
Fernando Pessoa, provavelmente, nem tanto. Já não lhe bastava ser ao mesmo tempo Caeiro e Reis, cumulativamente Campos e Soares. Agora que já não é poeta, mas pintor, e vai fazer o seu auto-retrato, que rosto pintará, com que nome assinará o quadro, no canto esquerdo dele, ou direito, porque toda a pintura é espelho, de quê, de quem, para quê? O braço levanta-se, enfim, a mão segura uma pequena haste de madeira, de longe diríamos que é um pincel, mas há motivos para suspeitar: nele não se transporta uma cor verde, ou azul, ou amarela, nenhuma cor se vê, nenhuma tinta. Este é o negro absoluto com que Fernando Pessoa, por suas próprias mãos, se tornará invisível.
 
 
Mas os pintores vão continuar pintando.
 
 
 
José Saramago - Publicado no blog O Caderno de Saramago
 
Geri Garcia - Série Memória do Padúl, 1935 - Desenhos em grafite, tinta china e aguadas sobre papel (Granada/ Padúl - Espanha), 1953
 
publicado por ardotempo às 01:22 | Comentar | Adicionar
Quarta-feira, 22.04.09

Memória do Padúl - Geri Garcia

Desenho

 

 

 

 

Geri Garcia - Série Memória do Padúl, 1935 - Desenho em grafite sobre papel / Estudo para pintura a óleo sobre tela (Granada/ Padúl - Espanha), 1953

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publicado por ardotempo às 23:25 | Comentar | Adicionar

Todos com uma câmera na mão

Informatices
 
Ivan Lessa
 
Que continham esses e-mails? Algumas peraltices das pesadas. Sugestões as mais variadas em relação a parlamentares do principal partido da oposição, o Conservador. Exemplos falam mais alto. O cavalheiro em questão aconselhava a "espalhar" que o líder dos Conservadores tinha uma doença escabrosa. Que a mulher de outro... E assim por diante. Barra pesada. O homem, o adido, foi posto contra o muro e obrigado a se demitir no mesmo dia.
 
Um detalhe interessante: quem pegou os e-mails marotos do ex-assessor não foram jornalistas investigativos, tipo Woodward e Bernstein, de Todos os Homens do Presidente. Isso é coisa - livro e filme - do século passado.
 
Não. Quem pescou os "pecadilhos" foi um blogueiro. Que imediatamente pôs a boca no mundo. Não foi necessário nenhum encontro clandestino em garagem, codinomes feito "Deep Throat", nada disso. Tudo na base apenas de um computador - vai ver um laptop - e o conhecimento necessário.
 
Conhecimento aliás que invejo horrores. Adoraria passar trotes por e-mail. Nada de grave, nada parecido com os tolos spams que recebo diariamente nos meus diversos sítios de correspondência eletrônica. Absolutamente. Eu gostaria de mandar e-mails inofensivos e bobocas feito os trotes de minha infância. Ou, vá lá que seja, de minha infanto-juventude.
Não tenho a bossa necessária. Não foi por nada que criei o adágio que hoje corre os mundos "ciber" ou simplesmente "néticos".
 
Qual é ele? O viajante informático perspicaz ou iniciante conhece: "Para o mau internauta até o mouse atrapalha". Quando eu morrer, não quero choro nem vela, quero uma fita amarela - e essa frase gravada em minha campa ou laje sepulcral.
 
Tem mais informatices. A polícia, nas manifestações recentes durante a realização da cúpula do G20, andou baixando o cassetete de maneira mais pesada do que o comum. Ou pelo menos, achava-se que não batiam tanto nem com tanta força em manifestante, ruidoso mas pacífico. Todas as televisões mostraram, todos os jornais publicaram, todos os sítios exibiram os clipes: um pobre coitado, de mão no bolso, indo para casa, infelizmente para ele nas imediações de uma manifestação, vem um policial dá-lhe uma bastonada nas pernas e, para culminar, empurra-o e joga no chão.
 
O infeliz morreu, ao que parece, de ataque cardíaco. Legistas estão examinando para confirmar. Há expectativa em torno do laudo. O policial estava com o rosto protegido por uma balaclava e tirara o número de identificação do peito. Boas, pois, não eram suas intenções.
 
Na semana passada, veio à luz mediática outro clipezinho. Uma mulher sendo, primeiro, esbofeteada por um policial (também com identificação oculta), e, segundo, levando um golpe de cassetete pra valer na parte de trás das pernas.
 
De novo, não foi flagrante obtido por arrojado jornalista. Apenas alguém armado de celular, desses que gravam em vídeo, claro. Subitamente, neófito implicante que sou, começo a adquirir uma certa simpatia por esses aparelhinhos.
 
O Irmão Grande, do romance de George Orwell, que tudo via e tudo anotava, está entre nós. Em todas as partes. Só que não é diabólica invenção de governo totalitário nenhum. É apenas um irmão ou irmã de estatura média, andando por aí com um celular de boa ou mesmo razoável qualidade. É também o blogueiro que sabe das coisas e como catar e distribuir informações de interesse público.
 
Em suma, com o perdão do clichê, somos todos irmãos. E cuidado com nosso celular.
 
 
Ivan Lessa - Publicado no blog BBC Brasil
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publicado por ardotempo às 12:34 | Comentar | Adicionar
Terça-feira, 21.04.09

Homenagem à Cidade de Brasília - 49 anos

Leopoldo Plentz

 

 

 

 

 

 

 

© Leopoldo Plentz - Fotografias (Série Brasília) 

publicado por ardotempo às 23:08 | Comentar | Adicionar

Arranha-céus

Fotografia

 

 

 

 

Gilberto Perin - Fotografia - Arranha-céus (Toronto - Canadá), 2008 

publicado por ardotempo às 21:17 | Comentar | Adicionar

Memória do Padúl

Desenho

 

 

 

 

Geri Garcia - Série Memória do Padúl, 1935 - Desenho sobre papel (Granada/ Padúl - Espanha), 1953

publicado por ardotempo às 21:12 | Comentar | Adicionar

Dois Poemas

Descendência
 
Mariana Ianelli
 
Sou o poema tresmalhado
Que um lobo traz à boca
Como prêmio 
De um passeio ao campo.
 
Vive em mim
O irmão mais velho 
Debruçado sobre o chão
Cavando, cavando com as unhas.
 
Aqui uma cidade se levanta,
Força e música,
Já a prostituta distribui
Os seus encantos.
 
Uma primeira espada
Deslizando
E há o deserto em mim,
Que seca todo pranto.
 
Morre aqui eternamente
O ladrão do fogo,
Morre Abel, a cada verso
A terra faz ouvir seu sangue.
 
O animal que há milênios
Me carrega
Tem a marca
Da educação pela sombra.
 
© Mariana Ianelli - Publicado no Rascunho
 
 
 
Extensão do Mito
 
Mariana Ianelli
 
Contam que ele desceu
Ao vale dos esquecidos
E cantou acima do suplício.
 
Que apaziguou o vento,
Estufou as vinhas,
De olhos fechados
Seduziu a serpente
Como se replantasse
O primeiro jardim.
 
Que foi odiado, despedaçado,
Lançado ao mar,
Para nunca mais
Uma voz se atrever à harmonia.
 
Mas não contam que uma mulher
Reuniu seus fragmentos
E encantou as mulheres da ilha,
Que assim Orfeu amou Eurídice, 
Finalmente em corpo e lira.
 
© Mariana Ianelli - Publicado no Rascunho
tags: ,
publicado por ardotempo às 00:48 | Comentar | Adicionar
Segunda-feira, 20.04.09

Cabeça de mulher

 Fotografia colorizada

 

 

 

Man Ray - Cabeça de mulher - Fotografia P&B, colorizada à mão com pigmentos e lápis de cor, assinada pelo artista (Paris - França), 1935

publicado por ardotempo às 22:10 | Comentar | Adicionar

O mercado da imagem

Exibicionismos
 
José Saramago
 
Palavras como discrição, reserva, recato, pudor ou modéstia ainda se encontram em qualquer dicionário. Temo, porém, que algumas delas venham a ter, mais cedo ou mais tarde, o triste destino da palavra esgártulo, por exemplo, varrida, como outras, do dicionário da Academia por uma manifesta e pertinaz falta de uso que havia feito dela um peso morto nas eruditas colunas. Eu próprio não me lembro de a ter dito alguma vez e muito menos tê-la escrito. Já a palavra reserva, embora vá a caminho de perder a acepção que me levou a incluí-la na lista acima, tem garantida uma vida longa por aquilo da reserva de bilhete ou de lugar sem os quais serviços fundamentais como os transportes aéreos simplesmente não funcionariam. E isto sem esquecer outra reserva, a mental, inventada pelos jesuítas como explicação última de terem dito primeiro uma coisa e feito depois a contrária, operação, aliás, que vingou e prosperou ao ponto de acabar por se difundir na sociedade humana como condição mesma de sobrevivência.
 
Não é minha intenção moralizar, além de que se o fizesse perderia o meu tempo e suspeito que alguns leitores. Bem sabemos que a carne é fraca e que ainda o é mais o espírito por muito que se costume gabar das suas supostas fortalezas, que o ser humano é o território por excelência de todas as tentações amáveis possíveis, tanto as naturais como as que veio inventando em séculos e milénios de práticas reiteradas. Bom proveito lhe faça. Que atire a primeira pedra quem nunca se deixou tentar. A coisa começou por desapertar-se a roupa, por usá-la mais leve e reduzida, também mais transparente, pondo à mostra um número cada vez maior de centímetros quadrados de pele até se chegar ao nudismo integral cultivado com franqueza absoluta em certas assinaladas praias. Nada de grave, porém. No fundo, há em tudo isto, como já escrevi noutro contexto, uma certa inocência. Adão e Eva também andavam nus e, contra o que a Bíblia diz, sabiam-no perfeitamente.
 
Ao pôr em funcionamento o vigente espectáculo universal que concentra e ao mesmo tempo dispersa as atenções do mundo, não parece que hájamos previsto que iríamos dar nascimento a uma sociedade de exibicionistas. A divisão entre actores e espectadores acabou, o espectador vai para ver e ouvir, mas também para ser visto e ouvido. O poder da televisão, por exemplo, alimenta-se em grande parte desta simbiose malsã, mormente nos chamados reality shows, onde o convidado, para isso pago e às vezes regiamente, vai pôr a descoberto as misérias da sua vida, as traições e as vilezas, as canalhices próprias e alheias, e, se necessário fôr ao espectáculo, as da família e dos seus próximos. Sem discrição nem reserva, sem recato nem pudor, sem modéstia. Não faltará quem diga que ainda bem que é assim, que devemos abandonar aquele ferro-velho vocabular, portas abertas ainda que a casa cheire mal, alguns, não duvidemos, irão mesmo ao extremo de afirmar que se trata de um benéfica efeito da democracia. Dizer tudo, com a condição de que o essencial fique escondido. Sem vergonha.
 
 
 
 
José Saramago - Publicado no blog O Caderno de Saramago
publicado por ardotempo às 21:55 | Comentar | Adicionar

Gravura em metal

Cor na gravura 

 

 

 

Arnulf Rainier - Backbone - Gravura em metal (Paris - França), 1979

publicado por ardotempo às 21:19 | Comentar | Adicionar

O invisível

O repórter investigativo

 

Com o olhar voltado para a cidade, para o conjunto da sociedade, para a ética, para o interesse público e para os acontecimentos aparentemente triviais, o repórter conta a vida e traz a consciência para a história de uma comunidade. Revela o que todos enxergam sem ver e aponta as luzes sobre as sombras escondidas de uma realidade obscura e mal-disfarçada. Faz a investigação e mostra a todos o comportamento de alguns e os malefícios que se constróem à vista de todos e que, apesar disso, quase ninguém vê. Como afirma o repórter de televisão Daniel Scola, "a reportagem é a vida real".

 

Giovani Grizotti é o repórter televisivo sem imagem. Por razões de qualidade na profissão e por necessidade de proteção, em virtude da contundência e profundidade de suas reportagens, vencedor de mais quarenta prêmios jornalísticos (entre eles vários dos cobiçados Prêmios Esso de Telejornalismo). Ele preserva confidencialmente as suas fontes, a sua autonomia, a sua liberdade de ação e a sua integridade física. Jamais subiu num palco para buscar um prêmio. Não permite fotografias de seu rosto, não aparece no vídeo. Apenas a sua voz em locução off.

 

É necessário. Precisa se disfarçar às vezes, fazer-se passar por outra personagem como se fosse um ator, para obter a noticia real, crua, escancarada, na defesa tácita de uma sociedade que se vê muitas vezes indefesa frente a opacidade de atuação das autoridades responsáveis pela sua defesa. As regras e as leis existem, são boas e suficientes mas não são cumpridas. A imprensa muitas vezes exerce a função fiscalizadora e corrige as falhas que o DNA defeituoso dos seres humanos insiste em impor em ganância e em crimes contra o bom senso e o bem comum.

 

O repórter, temerário, por vezes faz o papel do promotor e do defensor público expondo a realidade e revelando o escândalo do inaceitável, do inimaginável. Começa em algo pequeno, por vezes aparentemente inofensivo e acaba por neutralizar uma grande manobra lesiva à sociedade, em larga escala e em números estratosféricos. Sempre envolvendo o dinheiro público...Casos de desvio de merenda escolar, casos de presídios superlotados e abandonados à própria sorte ou ao azar da gestão dos piores condenados, que administram a ruína carcerária e o crime organizado nos bairros dos cidadãos livres, loteados de dentro das celas desconstruídas, sem grades e sem limites.

 

A sociedade não sabe, o repórter vê e mostra. 

 

Grizotti mostrou o caso do contrabando que atravessava não mais pela grande ponte, na qual a fiscalização se intensificara em métodos policiais de contenção. Aparentemente eficientes. Ele observou que as mercadorias continuavam à venda clandestinamente nas ruas como sempre estiveram. Como isso era possível? Olhou sob a ponte e viu o ir-e-vir dos barcos. O tráfico continuava ali, irremovível, a solução líquida. Filmou os barcos, fez a travessia, entrevistou os próprios contrabandistas, gravou escondido as imagens e as conversas. Esteve no coração da máfia. Revelou tudo, desde as margens das favelas nos dois lados do rio, bem como navegando os riscos inerentes da superfície interfronteiras.

 

A coragem e o destemor de olhar as regras, de ser obediente às leis e mostrar como fazem os que as transgridem e as afrontam como hienas vorazes, quando todos ficam de costas ou apenas um pouco de lado, mas cabisbaixos e calados como se o bem público e o dinheiro público não fossem um coletivo que tem origem transparente no trabalho árduo e honesto de todos.

 

 

Man Ray - Fotografia - Rayograph / Gelatina, sal de prata e ampliação em papel fotográfico

publicado por ardotempo às 17:34 | Comentar | Adicionar

Cidade Nua

Arthur Felling Weegee

 

Foi repórter fotográfico Weegee que criou o termo Cidade Nua, ao referir-se aos dramas cotidianos das grandes metrópole (a partir de Nova York) e consagrou-se como o fotógrafo dos tablóides de Nova York dos anos 30 aos 50. Cometeu uma revolução estética com os furos de suas fotos jornalísticas, criando um estilo próprio de repórter investigativo do cotidiano urbano.

 

 

Solitário e destemido, habitava dois lugares em Nova York: uma modesta quitenete na praça do Mercado Central, num pequeno edifício de um quarteirão povoado de armeiros, lojas de armas e de material de caça e pesca; e o seu próprio carro. Na quitinete mantinha uma linha direta, clandestina, com a frequência de rádio da polícia, para saber em primeira mão sobre os crimes e acontecimentos que poderiam render boas fotografias. No carro, como se esse fosse um antepassado pré-histórico dos telemóveis e celulares, conduzia um laboratório ambulante de revelação fotográfica em preto e branco e uma espécie de escrivaninha adaptada com uma máquina de escrever, na qual redigia rapidamente as noticias de impacto, que estariam nas primeiras páginas dos jornais do dia seguinte, fazendo a sua própria pauta.

 

 

Dali, da rua mesmo, realizava o seu trabalho antes dos outros fotógrafos e repórteres, chegando sempre à frente de todos, com a notícia viva da arma ainda fumegante.

 

 

 

 

Fotografias de Arthur Felling Weegee

publicado por ardotempo às 16:40 | Comentar | Adicionar
Domingo, 19.04.09

Fotografia

O repórter policial

 

 

Arthur Felling Weegee - O quarto do fotógrafo - Fotografia / Auto-retrato (Nova York)

Fotógrafo: Weegee

publicado por ardotempo às 20:26 | Comentar | Ler Comentários (1) | Adicionar

A oportunidade (aos amigos) e a crise (para os...)

Crise e consequência
 
Luis Fernando Verissimo
 
"Crise" e "oportunidade" são representadas pelos mesmos ideogramas chineses, como se ouve muito em palestras inspiradoras para empresários. Segundo a velha sabedoria chinesa o azar de uns pode ser a sorte de outros, o que para uns é desastre para outros é benção.
 
Quando querem dar uma idéia da crise econômica na Alemanha durante a república de Weimar sempre recorrem à mesma imagem: a hiperinflação era tamanha que para se comprar um pão na padaria era preciso levar marcos num carrinho de mão. O valor de tudo era medido em carrinhos de mão cheios de marcos, e eram necessários cada vez mais carrinhos de mão para carregar os marcos cada vez mais desvalorizados. Pode-se imaginar os carrinhos de mão engarrafando o transito nas ruas de Berlim. E todos se queixando da situação, dizendo que aquilo não podia continuar, que era preciso um governo forte para acabar com aquilo, que assim não dava mais, etc.
 
Todos, menos o Kurt. O Kurt estava feliz. Enquanto à sua volta os outros perdiam dinheiro e se lamentavam, o Kurt prosperava e exultava. Sua pequena indústria crescera, e não parava de crescer. Em vez de desempregar, Kurt empregava. E enriquecia em meio à crise. Como aquilo era possível? 
 
Kurt, claro, tinha a única fábrica de carrinhos de mão da Alemanha.
 
Li que em Nova York tem uma empresa prosperando como a do Kurt na parábola acima. Ela faz sacolas elegantes mas simples, de aspecto neutro e sem nenhuma inscrição, para substituir as sacolas que as lojas de grife davam para seus clientes levarem as compras. Assim os clientes podem andar na rua sem o risco de serem confundidos com banqueiros de Wall Street, ou suas mulheres, gastando suas gratificações imerecidas pagas pelo contribuinte, enquanto o contribuinte pena. Crise e oportunidade.
 
Na Idade Média era comum os padres mandarem os pecadores jogarem cinza sobre a cabeça, em sinal de contrição, depois de se confessarem. Desenvolveu-se um rico comércio de cinza na saída das igrejas. Em todos os últimos governos do Estados Unidos tinha gente da financeira Goldman Sachs cuidando da economia. Um ex-diretor da Goldman Sachs, Henry Paulson, era o secretário do Tesouro do Bush quando a crise estourou. Receitou ajuda do governo para todos os bancos combalidos, menos para o Lehman Brothers, grande rival do Goldman Sachs, que deixou quebrar. Agora o Goldman Sachs é o primeiro dos combalidos a declarar que saiu da crise. Há quem diga que a primeiro dever de qualquer secretário do Tesouro americano, incluindo o do Baraca, é proteger o Goldman Sachs. Mas é o mesmo tipo de gente maliciosa que desconfiava que a igreja lucrava com o comércio de cinza.
 
© Luis Fernando Verissimo
publicado por ardotempo às 18:23 | Comentar | Adicionar

Editor: ardotempo / AA

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